Alexis Stone, drag queen simula ser Adele en desfile. Drag queen Alexis Stone tardó seis semanas en transformarse en Adele para el reciente desfile de Balenciaga. El resultado.
Alexis Stone Adele
Alexis Stone tardó seis semanas en transformarse en Adele para el desfile de Balenciaga. La última vez que Adele fue vista en un desfile de moda fue –de hecho–, no hay un solo registro que sugiera que la mujer detrás del álbum de mayor venta del siglo XXI haya sido tentada con éxito a sentarse en las primeras filas.
Ni siquiera cuando estaba más expuesta al público. Ni siquiera cuando entabló amistad con Christopher Bailey y Clare Waight Keller durante sus respectivas temporadas en Burberry y Chloé . Y ni siquiera después de que las casas de moda del mundo diseñaran LBD (vestidos negros largos) individuales para sus residencias en Las Vegas.
Lo más cercano que tendremos a un avistamiento de Adele en la semana de la moda –o en cualquier lugar más allá de los confines de su complejo de Los Ángeles hasta que lance su próximo álbum– será una ilusión a manos del maquillador Elliot Rentz, también conocido como Alexis Stone.
Adele
Así que no, esa no era la Adele en la presentación de Balenciaga otoño/invierno 2025, sino el mismo hombre de un metro ochenta que ha pasado las últimas temporadas engañando a los paparazzi de la semana de la moda para que piensen que es Meryl Streep, Robin Williams, Glenn Close, Jack Nicholson, Jocelyn Wildenstein y Lana del Rey
“Es un experimento interesante”, dice Rentz, unos días antes de partir hacia París. “La mayoría de las personas invitadas al desfile estarán obsesionadas con lucir lo mejor posible, mientras que yo estoy sentada allí totalmente disfrazada. Les hace cuestionar su propia importancia y creo que a Demna le gusta jugar con eso. Créanme, no es difícil convencer a la gente de que eres ‘alguien’. Solo necesitas llegar con un escuadrón de glamour para cepillarte el cabello cuando te sientes”.
Es cierto: pero Rentz también tuvo que someterse a seis semanas de investigación de personajes a nivel de espionaje, escultura protésica, búsqueda de accesorios, pruebas de maquillaje y ajustes.
Adele, dice, fue el más desafiante hasta la fecha. “Tuve que volver a esculpir todo porque había compensado demasiado la estructura ósea para compensar el hecho de que tengo rasgos masculinos”, agregó. “Lo último que quieres hacer cuando rindes homenaje a una mujer tan querida y hermosa es hacer que parezca sacada de un anuncio de Snickers”.
Un poco de ayuda del maquillador de Adele de toda la vida, Anthony Nguyen, y el equipo de Madame Tussauds pronto lo pusieron en el camino correcto. El pliegue cortado, el delineador alado, el peinado retro y los premios Grammy impresos en 3D, sin mencionar el teléfono plegable de esa imagen ahora icónica de una Adele de veintitantos años en sus días de Marlboro Gold, y el relleno de piernas con efecto de truco de ojo para crear la impresión de una silueta diminuta completaron el look.
“Es la producción y la fanfarria lo que la gente reconoce”, dice Rentz. “Las celebridades son ‘personas’ sin eso”.
