Alianza sudamericana, la necesaria unión del Pacífico con el Atlántico. A pesar del contexto favorable por la convergencia política entre los 8 países, las divisiones ideológicas de las dos estructuras entorpecen el proceso de integración.
Alianza sudamericana
Los países miembros de la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, México y Colombia) acaban de firmar un plan de acciones concretas con los Estados del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay). Su objetivo es fortalecer la integración regional y el libre comercio entre estos dos espacios.
Esta fusión eventualmente podría crear un mercado del 79% de la población de América Latina y el 85% de su PIB. Por el momento, las negociaciones entre las dos organizaciones siguen siendo embrionarias.
La Alianza del Pacífico (2011) y el Mercosur (1991) son las dos organizaciones de integración regional más dinámicas en el continente. Estos últimos se han opuesto durante mucho tiempo. La primera reprochó a la segunda por su lado demasiado politizado y su falta de dinamismo económico. Mientras que el Mercosur consideraba que la Alianza estaba demasiado cerca de las posiciones norteamericanas.
Paradójicamente, el contexto macroeconómico actual es particularmente favorable para la fusión de las dos entidades. De hecho, la guerra comercial en la que se ha embarcado el presidente Donald Trump ha empujado a los países sudamericanos a adoptar diversas estrategias para superar las consecuencias de la retirada proteccionista.
Una de ellas es precisamente fortalecer sus vínculos de libre comercio y diversificar sus socios comerciales. La amalgama entre estas dos comunidades es parte del movimiento.
De los ocho países involucrados en estas negociaciones, solo Uruguay está actualmente presidido por un gobierno abiertamente socialista. Andrés Manuel Obrador, el presidente de izquierda mexicano recientemente elegido, no asumirá el cargo hasta el próximo diciembre. Además, no se opone al libre comercio, que rompe con la tradición antiliberal de la izquierda sudamericana.
Mercosur y la Alianza del Pacífico experimentan por primera vez una convergencia política. La apertura comercial del mercado común sudamericano se había bloqueado durante mucho tiempo en nombre del proteccionismo latinoamericano defendido por la Argentina de la presidenta Kirchner y el Brasil de la presidenta Rousseff.
Ahora, los dos gigantes sudamericanos, ahora presididos por Macri y Temer, adoptan doctrinas más liberales. Quieren atraer a nuevos inversores y diversificar sus socios comerciales con el fin de elevar sus economías en medio de crisis estructurales.
Alianza Sudamérica
El documento firmado por los dos bloques es un plan de acción que respalda el comercio de bienes, la movilidad de las personas y las oportunidades para las empresas de nueva creación y medianas.
En particular, aboga por la eliminación de barreras aduaneras y no arancelarias y una mayor cooperación regulatoria. Las negociaciones giran actualmente en torno a la cuestión de la reducción de aranceles en sectores sensibles del continente: agroalimentario y automotriz. El objetivo de estas discusiones sigue siendo claro, sin embargo, es fortalecer el libre comercio y el multilateralismo en América Latina.
Los dos bloques no tienen la misma estructura y no se han formado de acuerdo con los mismos paradigmas ideológicos. Por un lado, la Alianza del Pacífico es una entidad apolítica basada en la promoción del libre comercio. Los países que conforman esta comunidad tienen acuerdos comerciales con más del 50% de los países del mundo.
Por otro lado, Mercosur se basa en una ideología proteccionista y tiene tratados con solo el 15% de los estados del mundo. Esta comunidad tiene una fuerte identidad política centrada en la defensa de los intereses de América del Sur.
A pesar de estos muchos desafíos, los 8 estados han prometido reunirse cada 6 meses para mantenerse al tanto de su progreso y planificar nuevos planes. Eventualmente, podría surgir una zona de integración común que reúna a la mayoría de los países sudamericanos.