América Latina, gestión hídrica necesita política seria

América Latina, gestión hídrica necesita política seria. La gestión de los recursos hídricos de América Latina requiere respaldo de la política al más alto nivel, según las conclusiones de la ONU.

América Latina gestión hídrica

En América Latina, la gestión de los recursos hídricos es «débil» a pesar de un aumento de las extracciones per cápita entre 2000 y 2018, advierte un informe de la ONU con motivo de la primera conferencia del agua que se inauguró este miércoles en Nueva York.

Aunque la región ofrece algunos ejemplos de alianzas para aprovechar recursos cada vez más escasos, la Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH) es “débil”, dice el informe, que recomienda “apoyo político de alto nivel” para las iniciativas.

A nivel local, critica que la mayoría de las organizaciones que trabajan con recursos hídricos permanezcan “acantonadas” en su sector, particularmente en el suministro de agua para riego.

“Falta vinculación del campo del agua con otros sectores muy vinculados”, entre ellos el educativo, asevera el documento.

El informe propone más sistemas de riego compartidos entre agricultores, cooperación entre comunidades urbanas y rurales, e interacción agua-energía-alimentos.

También sugiere una mejor comprensión de los ecosistemas o mejores datos e información sobre el agua para mejorar la gestión de los recursos que la humanidad está “vampirizando”, según el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Crecimiento poblacional

Los efectos combinados del crecimiento de la población, el aumento de los ingresos y la expansión de las ciudades impulsarán la demanda de agua “exponencialmente”, advierte la ONU, que el miércoles inauguró una conferencia de tres días sobre el agua, la primera desde Mar del Plata (Argentina) en 1977.

Aunque no da cifras por región, el informe asegura que a diferencia de otras partes del mundo, la extracción de agua en América Latina y el Caribe aumentó entre 2000 y 2018.

A nivel mundial, el crecimiento de la población ejercerá una presión sobre la demanda mundial de alrededor del 1 % cada año, lo que equivale a un aumento del 20-30 % para 2050. Actualmente, la agricultura absorbe el 72 % de los recursos.

Crisis del agua

“Estas crisis no son casuales, son producto de nuestras formas y sistemas irracionales de consumo”, criticó el presidente boliviano Luis Arce en la apertura de la conferencia, y están “directamente relacionadas con problemas de pobreza, desigualdad y justicia”.

Para paliar la crisis, el informe pide “fondos de agua”, sistemas de financiación que agrupen a los usuarios intermedios, como ciudades, empresas y servicios públicos.

El documento cita algunos ejemplos de éxito como el de Monterrey, ciudad mexicana de 4 millones de habitantes, donde se creó en 2013 el Fondo del Agua para mantener la calidad del líquido, reducir inundaciones, mejorar la filtración y recuperar hábitats naturales a través de cofinanciamiento. , donde intervienen unos cuarenta actores.

O la creación de un sistema de “gestión inteligente” del agua de lluvia en comunidades rurales semiáridas del noreste de Brasil, para evitar que se repitan catástrofes como la sequía entre 1979 y 1983 que provocó la muerte de cerca de un millón de personas.

En esta región brasileña, el millón de cisternas instaladas ha evitado más muertes por hambre, así como la migración a gran escala, y ha permitido a los más pobres satisfacer sus necesidades de agua, generar ingresos y mejorar la seguridad alimentaria.

Planes dinámicos

El informe señala que es “esencial entender las necesidades de agua explícitas e implícitas”, así como contar con planes de desarrollo que tengan en cuenta el cambio climático. Con este fin, se creó el Water Tracker for National Climate Planning, una herramienta de diagnóstico diseñada para ayudar a los países a mejorar su planificación climática nacional. Costa Rica fue el primer país en utilizarlo en 2021.

La cooperación internacional en la gestión de ríos y acuíferos que cruzan fronteras también es clave. De los 22 países latinoamericanos, solo cuatro (Argentina, Brasil, Ecuador y Paraguay) han firmado acuerdos para el 90% de sus cuencas transfronterizas, dice.

Pero también a nivel nacional, donde los cultivos requieren sistemas de riego compartidos entre los agricultores y la cooperación entre las comunidades urbanas y rurales para mantener la seguridad alimentaria y los ingresos de los agricultores.

“Queda mucho por hacer y el tiempo no está de nuestro lado”, dice Gilbert Houngbo, presidente de ONU-Agua, que junto con la Unesco elaboró el informe sobre el agua.

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