Ana Carolina Valencia, joyería artesanal desde Colombia

Ana Carolina Valencia, joyería artesanal desde Colombia. Tropicalia, la colección de la diseñadora de joyas Ana Carolina Valencia, representa lo que es Colombia, un paraíso natural lleno de tesoros artesanales.

Ana Carolina Valencia joyería

Colombia es un paraíso conocido por muchos por sus paisajes de ensueño, ritmos rítmicos y paisajes coloridos. La tierra suprema de la diversidad, con imponentes montañas verdes, volcanes cubiertos de nieve y playas etéreas que la convierten en el destino perfecto para una escapada.

Este año, sin embargo, ha demostrado ser un desafío. El 2020 ha sido el año de planes cancelados y vacaciones pospuestas, lo que significa que el paraíso tendrá que esperar, pero no necesariamente tiene que ser así.

Hace ocho años, la diseñadora colombiana Ana Carolina Valencia buscó crear una marca que fusionara el lujo artesanal con su herencia a través de las talentosas manos de artesanos colombianos.

Hoy, su marca homónima ha viajado por todo el mundo, participando en exposiciones en Europa, América Latina, Dubai, Estados Unidos e incluso las Naciones Unidas.

El trabajo de Valencia es todo menos convencional. Al poner su herencia y creatividad por encima de la moda efímera de la que se enamoran tantos otros joyeros, ha creado una revolución de la joyería ancestral. Desde aretes hasta orejeras, brazaletes y collares, hay algo para todos.

Colección Tropicalia

La colección más reciente de Valencia, Tropicalia, ya está disponible. Inspirada en su ciudad natal, Cali, conocida por su atmósfera alegre y belleza natural, Tropicalia es una oda a los orígenes de la marca.

Valencia asegura que Tropicalia es ante todo “una invitación a estar siempre orgullosos de nuestras raíces, apreciar nuestro entorno y agradecer las bendiciones y las pequeñas cosas que la vida nos ha dado la oportunidad de apreciar”.

La filigrana y la palma de iraca han estado constantemente presentes en versiones anteriores. Para Tropicalia, sin embargo, la inclusión tanto del blanco como del nácar de abulón le da a sus habituales explosiones de color, un toque de delicada neutralidad. Las esmeraldas se han rociado delicadamente por toda la colección, participando en una danza tropical entre joyería y lujo artesanal.