Antártida, pesca de krill coloca al ecosistema más frágil

Antártida, pesca de krill coloca al ecosistema más frágil. La pesca industrial e ilimitada de de krill en la Antártida es la piedra angular de un ecosistema frágil y en riesgo. Cómo es la situación actual.

Antártida pesca krill

Por Walton Family Foundation

La pesca de krill en la Antártida está fuera de control. En otras regiones, en cambio, como en aguas estadounidenses la actividad está prohibida. La preocupación de una pesca salveje es que pueda afectar a las ballenas, focas y otros animales que se alimentan del krill.

El krill antártico, un crustáceo del tamaño de un clip que es fundamental para la red alimentaria de la región y, según los científicos, un importante amortiguador del calentamiento global.

Un frasco de krill se encuentra en un mostrador de laboratorio en el Instituto de Ciencias Marinas de Virginia en Gloucester Point. En ese laboratorio los investigadores están examinando muestras.

«Lo que está saliendo del costado son los restos del ecosistema», dice Alistair Allan, activista de la organización australiana Fundación Bob Brown.

“Si esto fuera frente a la costa de Alaska, sería un Parque Nacional. Pero como está aquí en el fondo del mundo, donde nadie está mirando, tienes barcos. Casi me topo con ballenas que se alimentan de lo mismo que se está pescando”.

En la Antártida el krill es más abundante que en el resto del planeta. Todo comenzó en la década de 1960, cuando la Unión Soviética lanzó una flota industrial de arrastreros en busca de una fuente de proteínas sin explotar que podría enlatarse como las sardinas.

Nació así una creciente demanda de krill, rico en nutrientes, para alimentar a peces criados en granjas, pastillas de omega-3, alimentos para mascotas y batidos de proteínas.

En disputas geopolíticas, Rusia y China buscan expandir rápidamente la captura de esta preciada joya de la fauna marina.

Experiencia

Dos periodistas de Associated Press pasaron más de dos semanas en el mar en marzo, al final de la costa sur del continente. Lo hicieron a bordo del Allankay, de bandera holandesa, operado por el grupo conservacionista Sea Shepherd Global, para observar de cerca la pesquería más austral del mundo.

A partir de cada diciembre, entre 10 y 12 barcos, en su mayoría noruegos y chinos, se enfrentan a mares agitados que azotan el extremo de Sudamérica para descender a las Islas Orcadas del Sur, una desolada cadena de afloramientos rocosos.

Desde allí, a medida que las temperaturas aumentan, la flota sigue los enormes enjambres de krill hacia el Polo Sur, en la base de la frágil red alimentaria del ecosistema. Gracias a un acuerdo de conservación desarrollado hace casi dos décadas, la captura de krill se ha disparado: de 104.728 toneladas métricas en 2007 a 415.508 toneladas métricas en 2022, a medida que buques más grandes y sofisticados se han sumado a la persecución.

Esos niveles estaban por debajo de los límites de conservación acordados internacionalmente. Una coalición liderada por Estados Unidos ha estado pidiendo más restricciones y reservas marinas debido al papel vital del krill como alimento para otras especies y en la eliminación de grandes cantidades de gases de efecto invernadero de la atmósfera.

Pero ha encontrado una dura oposición de China y Rusia, que no han ocultado sus ambiciones geopolíticas en el continente blanco. La competencia directa con los mamíferos marinos parece inevitable, una realidad que se puso dramáticamente de relieve cuando cuatro Ballenas jorobadas juveniles quedaron enredadas en un barco pesquero de krill noruego en 2021 y 2022.

Pesca comercial

Si bien el fin de la caza comercial de ballenas ha permitido que las poblaciones se recuperen, un nuevo estudio de la Universidad de California y Santa Cruz descubrieron que las tasas de embarazo entre las ballenas jorobadas en la Antártida han estado disminuyendo bruscamente, posiblemente debido a la falta de krill.

Esta historia fue financiada con fondos de la Walton Family Foundation. La agencia AP es la única responsable de todos los contenidos.

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