Argentina, así viven los narcos en medio de la crisis. La ciudad de Rosario, conocida en Argentina por ser la cuna de grandes futbolistas como Messi, es el eje de los narcos surfeando crisis cotidiana.
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Argentina se está convirtiendo en un enclave de bandas narcos en una crisis imparable que convierte a Rosario en la región con la tasa de homicidios más alta de este país. Una víctima reciente es incluso un niño que fue golpeado por una bala perdida mientras jugaba a la pelota.
Y eso no es poca cosa, ya que el campo polvoriento de Los Pumas, donde murió el pequeño, ahora está lleno de policías armados que patrullan día y noche tratando de asegurar el vecindario. Esta zona de Rosario es el cuartel general de las pandillas.
“Ha habido tiroteos antes, pero esta es la primera vez que un niño se queda en el medio. Nunca habían jugado con un niño”, dice uno de los habitantes de este modesto barrio, donde las casas de ladrillo esconden otras más precarias, hechas solo de chapa. Las marcas de bala son visibles en las paredes y ventanas.
El niño se llamaba Maximiliano Gerez y tenía 11 años. “El barrio está muy indignado. Por ello, todos los vecinos atacaron las viviendas “donde se almacena y vende droga, añade esta persona, y en las que se escondían los presuntos autores del tiroteo en el que resultaron heridos de bala otros tres menores.
De hecho, pidió no ser identificado porque, como la mayoría de los vecinos de Los Pumas, teme las amenazas que recibió tras saquear e incendiar las casas de las bandas que se refugian y operan en la zona.
A partir de ese momento, la vida en el barrio se detuvo. Los comedores populares han cerrado y pocos han abandonado sus hogares. Todos se preguntan cuánto durará la presencia de las fuerzas de seguridad y qué pasará después.
Rosario
Rosario, con una población de 1,3 millones, tiene una tasa de 22 homicidios por cada 100.000 habitantes, cinco veces la media nacional, según cifras del Gobierno.
Es el principal puerto de Argentina y, según expertos, se ha convertido -a través de la vía fluvial sobre el río Paraná- en un punto privilegiado para la salida de drogas desde Bolivia, Brasil y Paraguay hacia Europa y Asia.
«Es un enclave estratégico para las organizaciones criminales de la droga», dice Claudio Brione, ministro de seguridad de la provincia de Santa Fe, citando tanto el puerto como una importante red de carreteras y autopistas.
“En ese transporte de droga a otras partes del mundo siempre queda algo y encuentra un lugar para vender en barrios con alta vulnerabilidad social”, explica Brione, refiriéndose también a “violencias insólitas entre distintas bandas para recuperar territorio”.
Marcelo Antonelli preside el club deportivo Reflejos, en Empalme Graneros, el sector rosarino donde se encuentra la colonia Los Pumitas. Frente a su cuartel, en una casa que los vecinos describen como un “búnker”, fueron incautados recientemente 1.600 kilos de cocaína pura.
Traficantes
Asegura que el club fue tomado por traficantes y se enorgullece de haberlo recuperado. “Todos los días había amenazas. “Vamos a sembrar muertos por todo el club”, dijeron. Pero tomamos la decisión de seguir adelante porque creemos en nuestro trabajo y creemos que estas personas que nos amenazan también creen en nuestro trabajo.
“En Rosario no hay narco milicias. Hay unos niños en moto, débiles, con muchas necesidades. ¿Cómo no van a parar?”, pregunta.
Luciana Ginga, politóloga y criminóloga de la Universidad del Rosario, describe a estas bandas como “un barrio, con un fuerte componente de colusión policial”.
Y advierte contra un marco más ancho. “El mercado ilegal manejado por el narcotráfico ha permitido un desarrollo exponencial del mercado inmobiliario y de bienes de lujo en Rosario, como autos de alta gama, así como la vida nocturna”, explica este investigador.
Y es que en Argentina la palabra “tiro” está ligada a Rosario. Se utiliza para referirse tanto a un tiroteo como a un tiroteo, muchas veces contra la propiedad con la intención de extorsionar a sus dueños.
Desde 2020 le da su nombre a un despacho del Ministerio Público: la “Célula de Tiro”. La fiscal Valeria Haurigot explica que se creó con el fin de “dar una visión global a un fenómeno delictivo cada vez más preocupante y que tomaba impulso”.
Pero a pesar de llamarlas «pandillas muy precarias» y decir que los autores de los actos criminales han sido identificados, Haurigot admite que el crimen no se detiene ya que continúan operando desde las cárceles.