Argentina, Fito Páez y Gerardo Gandini en transmisión del Colón

Argentina, Fito Páez y Gerardo Gandini en transmisión del Colón. Si la Argentina cambia la piel no es por gracia de sus gobiernos sino por artistas como Gerardo Gandini celebrado por Fito Páez.

Argentina Fito Páez Gandini

Este jueves habrá transmisión desde las redes sociales del Teatro Colón de Argentina de concierto de Fito Páez honrando al maestro Gerardo Gandini. Desde las 20 horas.

Es una oportunidad para asomarse a una de las pocas fortalezas del país en su historia: las producciones de los artistas que han batallado por dar un relato menos trágico y miserable que los a cargo de políticos y economistas, incluyendo al presidente Milei en ese fracaso colectivo (al fin de cuentas el mandatario está siendo más parte del problema que de la solución).

Fito Páez fue presentado en el Teatro Colón en el marco del Focus Gandini, parte de un ciclo de homenajes a diez años de la muerte del compositor. Y eso es lo que hoy se verá en transmisión del Teatro Colón en YouTube.

“Trabajamos junto a las hijas de Gerardo, Alina y Alejandra, Pablo Gianera, Jorge Telerman y Enrique Avogadro, para que la música de Gerardo a diez años de su muerte suene en la ciudad de Buenos Aires, como una luz que ilumine estos días tan aciagos, aquí. y en todo el mundo”, dijo Fito Páez, al inicio del concierto, ataviado con una capa como el Principito, todo de rojo furioso.

Gerardo Gandini (1936-2013) fue un músico imprescindible, traspasó todas las fronteras de la música: compositor y pianista clásico, hizo jazz, tango con Piazzolla y también, con Fito Páez, probó el rock.

Gandini Páez

La colaboración de Gandini con Páez fue primero como arreglista y director de un concierto de Miguel Ángel Estrella y la Camerata Bariloche en el Luna Park y luego en el Colón, en 1996, que incluyó algunos temas del músico rosarino, para luego continuar con los arreglos. para la cuerda nonet del decimotercer álbum Moda y pueblo (2005).

Poco después vinieron más conciertos, grabaciones y giras, y una intensa amistad.

El concierto tuvo el formato biográfico de esa amistad musicalmente virtuosa, con lo compartido y lo disfrutado, precioso testimonio del cruce entre dos mundos –el clásico y el popular– con dos interlocutores de lujo.

Páez se entregó en cuerpo y alma a la gira, en un formato más despojado -también de excesos vocales-, el músico no ocultó su vulnerabilidad y encontró un registro vocal en el que, quizás, nunca se le había escuchado tan cómodo.

La poderosa alquimia que existió entre Gandini/Páez a lo largo de los años se dejó sentir a lo largo de todo el concierto, que se abrió con la primera canción de Moda y pueblo, Romance de pena negra, con texto de García Lorca.

Teatro Colón Argentina

Fito tocaba el piano y había violines, violas y violonchelos.Fito tocaba el piano y había violines, violas y violonchelos.
En los arreglos de Gandini se escucha el diálogo con un interlocutor y un género con el que, si bien estuvo lejos de ser su favorito, logró conectar, discutir y disfrutarlo.

Su escritura nunca es redundante, es un contrapunto que no pretende “arreglar” ni “mejorar”, sino navegar las tensiones armónicas, líricas y rítmicas de un género que Páez maneja con maestría como en Ámbar violeta, Carabelas de la nada o Vengo a ofrecer mi corazón, una canción que sonó como una poderosa letanía con la voz de Páez a capella en la introducción, interpretada con el corazón abierto.

Algo parecido ocurrió en el desnudo del sueño La noche cae en Okinawa, sólo piano y voz.

“Vamos con esto que se hizo en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, entre los edificios, una mañana en que aparecieron los fuelles de Troilo y Piazzolla”, introdujo Páez eb sus Carabelas de la nada.

Fue una de las canciones que más le gustó a Gerardo – se aleja de lo modal hacia áreas inesperadas, reflexionó una vez – su enfoque capturó muy bien el espíritu de la canción. Se abre con un solo de violonchelo que proyecta su tono melancólico, muy bien interpretado por Melina Kyrkiris.

En diálogo con la línea vocal, otra línea melódica de las cuerdas, áspera y pesada, arrastra la línea de fuerza de la canción. En el medio, la poderosa línea de bajo de Otero se sumó al picante ritmo del piano de Páez.

Tango

“Nos gustaba el tango con Gerardo. Entonces, le pusimos todo”, dijo Páez antes de ingresar a Los mareados y luego a La casa de mis padres, acompañado por Ernesto Jodos en piano, quien interpretó magistralmente los arreglos de Gandini con sus armonías jazzísticas, y su virtuosismo pianístico brilló en cada solo.

Además del tango, también compartían el gusto por la música brasileña, en particular por Jobim-Buarque, y se escuchó un hermoso arreglo de la icónica canción. Retrato en blanco y negro.

Cuando iba a la mitad del concierto, Páez hizo un interludio con piano solo, la mar de Gerardo, se alejó de armonías tonales o modales y lo que sonaba recordaba de alguna manera a Schöenberg, compositor que tocaba y enseñaba Gandini. De las disonancias surgió la armonía consonante de Dar es dar.