Argentina, los nuevos inmigrantes son paraguayos y bolivianos

Argentina, los nuevos inmigrantes son paraguayos y bolivianos. Pese a la crisis económica de Argentina, los nuevos inmigrantes que arriban en busca de destino son paraguayos y bolivianos.

Argentina nuevos inmigrantes

Argentina no ha crecido económicamente de manera consistente en las últimas décadas. Hay 18 millones de pobres en un país que no sabe cuánta gente vive, pese al censo organizado por el gobierno que resultó un desastre más en la gestión del país.

Pese al panorama sombrío, cientos de miles de inmigrantes llegan cada año para comenzar nueva vida en Argentina. Teniendo en cuenta la situación argentina, y en comparación con otros países, con economías más estables, como Uruguay en la región, u otros países de Europa: ¿por qué elegir Argentina?

En Argentina hay más de 3 millones de migrantes, mientras que aproximadamente un millón de argentinos están en el exterior: a Argentina llegan más personas de las que se van.

“El número de personas nacidas en el exterior con DNI, y residencia en Argentina, en 2022, es de 3.033.786”, se lee en un informe de la Dirección Nacional de Población. Cabe señalar, por tanto, que los valores pueden haber variado, y que el número de migrantes cuenta a los que tienen cédula y residencia, por lo que esos migrantes sin documentos pueden ser muchos más.

La mayoría de los extranjeros en el país provienen de otras partes de América Latina. Más de la mitad proviene de Paraguay y Bolivia. Después de Perú (9,54%), Venezuela (7,27%), Chile (6,98%), Uruguay (4,23%) y Colombia (3,69%).

Según datos oficiales, en 2021 se concedieron 849.717 residencias. Mientras que en Uruguay, donde la pobreza es del 10% (según la Encuesta Continua de Hogares), el porcentaje de migrantes representa el 3,1%; en Argentina, donde la pobreza alcanza el 43% (según datos de la UCA), los extranjeros constituyen el 6,5% de la población.

Migración

Mariana García, del Grupo de Estudios Migratorios de la Universidad Nacional de Rosario, introduce: “La migración es un impulso humano y ancestral. Todos somos migrantes, lo fueron nuestros antepasados ​​y lo serán nuestros descendientes. Argentina es, desde antes de su formación como nación, un país de migraciones. Los pueblos originarios transitaron por este territorio antes de que existieran sus límites políticos. La llegada de europeos y africanos esclavizados forman la historia migratoria de este país, sumada a la ola migratoria de fines del siglo XIX y XX”.

¿Un buen lugar? “En términos generales, Argentina es un buen lugar para migrar. No está en guerra, no tiene un régimen de gobierno autoritario, participa de las convenciones internacionales de respeto a los derechos humanos y es parte de una tradición cultural que fue incorporando derechos: de las mujeres, de las minorías y de los migrantes”, afirma María Dolores Linares, Doctora en Ciencias Sociales, en Geografía, docente e investigadora del CONICET.

“Si tomamos el mapa y tachamos los países que están en guerra o los que tienen niveles extremos de violencia, los países que quedan no son tantos”, explica. “Sin llegar a estos extremos –continúa– Argentina es, dentro de América Latina, uno de los países que atraen migrantes. Ofrece un espacio de interacción y posibilidades de las ciudades globales: diversidad cultural, oportunidades sociales y recursos tecnológicos”. De todas formas, aclara: “Argentina no está entre las naciones con mayor proporción de población extranjera. Ni en el mundo , ni en Latinoamérica.

Censo, otro descalabro

La investigadora del Conicet Brenda Matossian, también doctora en Geografía, coincide en que el número de migrantes en Argentina no es especialmente grande: “Todavía no tenemos los datos específicos del Censo 2022, pero respecto a los datos de los últimos 3 censos, el porcentaje de población extranjera sobre el total se ha mantenido entre el 4,2% y el 5%”.

“Según el censo de 1914, la población extranjera llegaba al 30%; para ese año casi un tercio de la población no había nacido en Argentina. Si comparamos los porcentajes actuales de Argentina con los de otros países que tradicionalmente han recibido migrantes, esto es limitado. Canadá tiene el 21% de su población extranjera, Australia el 30%. En España es del 14%, y sube al 8,6% en el caso de Chile, que ha aumentado recientemente”, indica Matossian.

“Argentina sigue siendo una buena posibilidad dentro de la región, como un país que ofrece una sociedad con tradición migratoria y redes consolidadas para comunidades ya asentadas hace décadas. Las motivaciones en la decisión migratoria no son solo económicas”, señala.

Cercanía geográfica

Integración. ¿Cuáles son, entonces, las otras motivaciones? ¿Es la integración, la “hospitalidad argentina” un punto a considerar? “Estoy cerca de mi casa, casi sin diferencia horaria. Culturalmente somos muy parecidos. Me gusta la oferta cultural, el estilo de vida de la comunidad y la calidad de los servicios. Los argentinos son hospitalarios y abiertos”, dice Maximiliano Stuardo, un chileno que recién comienza su vida en Buenos Aires.

“El concepto de integración es muy debatido en los estudios migratorios; Habría que definir qué se entiende por integración. Si nos preguntamos por las relaciones que tienen los migrantes entre sí, y con la sociedad en general, (…) hay grupos que tienen más posibilidades de inclusión que otros, por su lengua materna, formación educativa y profesional, asociaciones”, analiza Linares.

En cuanto a la integración, los investigadores enfatizaron la necesidad de evaluar comunidad por comunidad, sin poder dar una respuesta que abarque a todos los migrantes.

Procedimientos. ¿Son fáciles los trámites de inmigración? “No es que sean fáciles. Los migrantes deben realizar trámites, cumplir requisitos e ingresar legalmente al país. Para los solicitantes extrarregionales la regularización puede ser más complicada, pero los del Mercosur, una vez superados los turnos y la espera, pueden acceder a una residencia temporal, que deben renovar hasta acceder a una permanente”, responde Linares, quien señala a los familiares como un factor importante para los migrantes.

“En mi experiencia investigativa, los migrantes nunca han expresado que decidieron venir al país por la posibilidad de obtener una pensión social o acceder a la salud pública. Sí destacan las posibilidades de desarrollarse profesionalmente, conseguir una mejor inserción laboral que en su país de origen, y las posibilidades de regularizar su situación documental”, dice Linares.

Da un ejemplo: “Hay nacionalidades, como la colombiana, que en algún momento han decidido venir a estudiar una carrera universitaria. El cálculo costo-calidad les resultó conveniente”. Algo similar ocurre con los ecuatorianos y brasileños en las carreras de Medicina: uno de cada dos ingresantes a la carrera de la Universidad Nacional de La Plata es extranjero.

Bolivia

“Los bolivianos -continúa- tuvieron un 50% de rechazo, los chilenos un 70% y los venezolanos un 100%. Eso quiere decir que ninguno de los venezolanos recibió ayuda, cuando eran, paradójicamente, los que sustentaban, en alguna medida, la vida en las ciudades, con los servicios de entrega de alimentos, por ejemplo”.

“Si tenemos en cuenta la Asignación Universal por Hijo, podemos ver que solo el 8% de los beneficiarios nacieron en el extranjero. Según la Encuesta Nacional de Migrantes 2020, solo el 33% de los migrantes había recibido asistencia social”, concluye Linares. Vale la pena comentar: ese 33% equivale a casi un millón de personas.

En el contexto de crisis, ¿la recepción de migrantes es un desafío para el país? “Argentina tiene un crecimiento poblacional bajo, por eso requiere de la migración como población de reemplazo”, responde Mariana García. Brenda Matossian afirma: “Las migraciones aportan al país, sobre todo porque los migrantes son en su mayoría en edad activa y dinamizan numerosos sectores productivos”.

Linares coincide: “Hay que tener en cuenta que el 75% de la población migrante es económicamente activa: gente que viene a trabajar, aporta recursos humanos y paga impuestos. Las economías más dinámicas del mundo tienen proporciones mucho más altas de migrantes que las nuestras. Los países europeos, que tienen entre un 5% y un 15% de población extranjera, Estados Unidos un 40%, Emiratos Árabes Unidos un 78%”.

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