Argentina, terremoto Milei impacta en política de Mendoza. Mendoza sabe de terremotos aunque los dominios políticos del oficialismo están en duda con la irrupción de Javier Milei en Argentina. El cimbronazo se potencia con la abierta crítica a una gestión provincial prescidente.
Argentina Milei Mendoza
Por Alejandro Maure
La crítica en Mendoza al ex gobernador y senador nacional Alfredo Cornejo por ausentarse a un debate no tiene fundamento político. Los votantes merecen respuestas concretas, no reacciones, de quien representa al oficialismo. El voto del domingo pasado en Argentina y en Mendoza debe ser analizado con seriedad. Con él, también se cuestionó al gobierno provincial encabezado por Rodolfo Suárez.
Cornejo, al representar al oficialismo, no tiene la libertad de su rival para responder cualquier cosa. Es inevitable, asociar lo que diga un candidato oficialista al gobierno.
Además, en Mendoza el aluvión Milei alteró el proceso electoral local al producir un milagro político.
El triunfo de Milei significó la resurrección (por ahora momentánea) del Partido Demócrata de Mendoza. Rico en historia, con un presente agónico, logró una victoria de una contundencia inesperada. La suerte de una buena carta. Maquiavelo y no Alan Parsons, lo llama fortuna.
Sin fortuna, no existe el triunfo político. No obstante, es necesario acotar su poder para no confiarse a sus caprichos. Lo cual es posible por la virtud, condición propia del que tiene oficio político quien cumple sus propósitos sin contar con la fortuna, o que al tenerla la somete a sus fines. Así el príncipe alcanza la gloria. Dominando los impulsos ante la variabilidad de las circunstancias.
Cornejo es tal vez uno de los políticos más virtuosos de Mendoza. Esa virtud se vio en su plenitud al triunfar en las PASO de candidato a gobernador. Sus rivales de hoy, ayer eran sus aliados en Cambia Mendoza. Y podrían haberse ido más dirigentes del espacio. Debió imponerse a la adversidad.
Oficialismo a los tumbos
Luis Petri tuvo la fortuna de la que careció Comejo. De Marchi cuestionaba a Cornejo como aliado. Petri lo cuestionaba como correligionario. Ambos opositores plantearon la alternativa de aliarse, pero nunca concretaron nada. En su intimidad, sabían que ninguno estaba dispuesto a ir detrás del otro y que aunque se unieran, no vencerían a Cornejo en internas. No tenían los votos para hacerlo.
De Marchi tenía la posibilidad de romper la alianza, podía argumentar que su partido no era respetado. Petri en cambio, era radical. Podía romper, aunque si lo hacía no tendría beneficio alguno. No tenía los vínculos de De Marchi con el peronismo, dentro del radicalismo no lo seguirían muchos, y sus aliados en el PRO eran los mismos de Cornejo.
A De Marchi, como a otros, no pudieron ni quisieron contenerlos. Cornejo fue cuestionado por haber provocado la ruptura. No tenía más culpas que otro. Pero no permitiría más sangrías. Convirtió a Petri en su rival interno, acuerdos mediantes con otros dirigentes armó una corriente opositora en torno a aquel. La virtud de Cornejo fue la fortuna de Petri.
Cornejo obtuvo una victoria, que sin ser pírrica, tuvo un costo alto. Sin perder poder, había perdido votos. El porcentaje obtenido por Petri era algo que no esperó, y que dejó expuesta su debilidad ante el electorado. Pero superó el primer obstáculo. Petri, nacido de la virtud de su rival, pudo mostrar que sus cuestionamientos eran válidos.
No debe haber sido menor el disgusto de Cornejo al tener que repartir cargos y compartir decisiones con Petri. Este se quedó hasta con la candidatura que estaba destinada a Cornejo, la de vicepresidente en la fórmula que encabezó Patricia Bullrich, y que ganó la interna de JxC.
Diosa fortuna
La esquiva y perversa fortuna, ponía en apuros una vez más la virtud del más poderoso. Hay momentos en los que una persona no puede ejercer su libertad de elección. Cornejo no pudo escapar a su destino, quizá por un error propio anterior. Acertó al quedarse a pelear por mantener su poder, por conservar su obra. No cedería a la ambición ajena. No se doblaría. Nunca.
Tampoco regalaría su estructura de poder. Si se equivocó, trataría de enmendarse. Sin embargo, otra vez el capricho de la suerte puede transformar enmienda en inmolación. No hay virtud ni cuerpo que aguante tantos vaivenes.
La fortuna. Cornejo definitivamente no la tuvo. Petri sí, por un momento. De Marchi tal vez la tenga, gracias a la magnitud de la que tuvieron Balter y Llano, el poder bifronte del PD triunfal. Fue fortuna para una hija y un yerno. Porque un suegro y un padre, envejecidos y mañosos, usaron sabiamente el resto mínimo de virtud que les quedaba.
Balter fue el protagonista de la penúltima gran gesta épica demócrata. Con virtud, llevó al triunfo al PD en los 90, junto a Llano. A veces, contra él. La fortuna no lo quiso como gobernador de Mendoza. Inteligente y trabajador, quizá su soberbia pudo más que su virtud probada. En horas su labor de décadas, se vino abajo.
Llano representó junto a Balter y Gutiérrez, la renovación demócrata de los 80. De carácter calmo y sin afán de figuración, su virtud fue saber desaparecer sin desaparecer. Llano se sentía más cómodo entre bambalinas que en el escenario. Pero sabía dirigir. Componedor nato. Hábil. Sin embargo, fue héroe y villano. Protagonista del renacimiento demócrata y muy protagonista del derrumbe.
Estar en el momento oportuno es fortuna y también virtud. No es casual ni fortuito, que dos hombres que lideran una suerte de Armada Brancaleone política, al prenderse de la estela de Milei disfruten ahora del que tal vez sea su último momento de gloria. Tal vez lo aprovechen para producir otra sorpresa.
Ajedrez político
Cornejo en su difícil campaña, tuvo algo de fortuna gracias a sus rivales. Sin virtud ni fortuna, pero con una capacidad de trabajo meritoria y gran valentía para sobreponerse a la adversidad, Omar De Marchi compensa sus carencias. No se rinde nunca, aunque es persistente en el error. Su lema podría ser «Bien comienza, lo que mal acaba». Sin ser el mejor, en su palmarés ostenta victorias importantes. Todo político con poder tiende al personalismo.
Tal vez acá esté el Talón de Aquiles del candidato perenne. De Marchi es su primera opción, su segunda opción y su tercera opción. Oscar Wilde dijo que existiendo dos alternativas, ¿Por qué habría que optar solo por una? El lujanino plantearía lo mismo cualquiera fuera el número.
No está claro qué le permitió creer que era este su momento de ser el candidato a gobernador. Jugando con la ruptura como único capital real, cierto es que antes de producirla no armó nunca algo sólido contando con medios para hacerlo. Es más, dividió a su partido, que nunca ganó más allá de Luján. Sabiendo que no pasaría la interna, forzó las cosas. Romper siempre fue su única alternativa.
Porque no podía pasar. Más de la mitad del PRO se referenciaba en Cornejo, cuestionando el torpe personalismo y la obstinación de De Marchi. No tuvo suerte amenazando. Tampoco esperaba tenerla, jugando al tiempista rompió. Arrancó como siempre, entusiasta, junto a un seleccionado de merecedores morales, unidos por el rencor a Cornejo. Pero algo tan endeble, podía presentarse como una fuente excusa que ocultara el motivo real por el que dejó Cambia Mendoza. El intento de ser el salvador del peronismo local, poco lugar deja a la duda. Hubo un promotor de esa ruptura. No fue Rodríguez Larreta. El éxito de la convocatoria para un cumpleaños cuya torta era un alfajor con una vela encima, fue excesivo. Poco para gente con un amplio historial de cumpleaños, veteranos en repartir lo inexistente con avaricia ingenua. Nada sorprendente. Mucho menos preocupante. Cornejo iba tranquilo hacia su segundo gobierno. Hasta que se conoció el candidato a vice del novel rejunte. Impacto.
Las Heras siempre estuvo cerca
Posible, y hasta predecible, pero no muy creíble, el intendente de Las Heras, Daniel Orozco, sería el compañero de fórmula de De Marchi. Frustrado aspirante a gobernador, Orozco quiso imponer a su mujer como sucesora y la UCR le dijo no. Pese a todo, su salida impactó en las filas del oficialismo.
Era una pérdida. Equivalía a devolverle Las Heras al peronismo o peor. Pero pronto, ese momento de fortuna de De Marchi se convirtió en aquello que le daría solidez a la candidatura de Cornejo y su triunfo débil. Unión Mendocina no tuvo, con todo, una mala PASO. Aunque en el debe, tenía a Orozco.
De Marchi casi no ha hecho campaña fuera de Las Heras. Allí, la ruptura del oficialismo municipal se vio signada por escándalos de todo tipo, con el estigma de la concepción patrimonialista del poder de Orozco y Sra., Cornejo iba tranquilo hacia su segundo gobierno.
La fortuna…
«Cuando la suerte, que es
grela, fayando y fayando te largue
parao…».
Discépolo descifró en Yira…Yira, el peligro de la fortuna. Cornejo, el virtuoso, deberá luchar contra los nuevos ricos políticos. Pero el rugido del León Milei es algo impredecible en sus efectos. Hoy trae suerte, mañana puede que también.
Veremos si la suerte basta para darle poder a quienes no parecen ser virtuosos. Es probable que los escándalos de Orozco, puedan ser atenuados por el éxito demócrata. De Marchi salió rápido a recordar que ese partido pertenece a la alianza que lidera. Aunque con sus antecedentes, no es posible saber si pueda aprovechar un reinicio de campaña con viento a favor.
Emperador encogido
La fortuna de Cornejo radica en su virtud. Pero tanta lucha agota. No solo tiene el problema de sus rivales externos. Es posible que la interna oficial recrudezca, y alguno se impaciente. Cornejo deberá esperar para hablar. Son muchos los que ahora dudan dentro del gobierno y del radicalismo. Convencerlos no será fácil.
Visto desde afuera, hay algo injusto en la actitud de los correligionarios de Cornejo. Este hizo lo conveniente para salvar la alianza, al convertirla en una coalición de gobierno. Los radicales pueden objetar que sus socios no suman mucho, que no debió hacer tan explícito su apoyo a Bullrich, que fue demasiado concesivo con Petri. Él no puede cuestionar acciones de gobierno o inacciones del mismo. La gente sí, votó a Milei y en contra del gobierno mendocino.
Sin embargo, su partido disfruta lo que a sus espaldas critica. Cornejo construyó una estructura de poder a su medida. Los poderes no son independientes. Es cierto. Él los monopolizó, pero nadie de su partido lo cuestionó. Hasta ahora. La derrota envalentona a los mudos. Sin embargo, esa actitud está lejos de ser valiente. Es suicida. Dejar a Cornejo pelear en soledad, no los redimirá.
Cornejo no puede evitar hacer el esfuerzo de reagrupar sus dubitativas fuerzas. Porque sus rivales, al resentimiento de siempre pueden unir ahora el discurso arrollador de quien supo interpretar el malestar nacional. Y si adaptan ese discurso a lo local, tal vez no recuerden que Mendoza fue la tierra de la resistencia. El éxito, aglutina. La duda, no. Hasta no saber como explicar lo sucedido, no puede haber un pronunciamiento. Menos en soledad.
El voto a Milei expresó la disconformidad contra el kirchnerismo. Acá, en el bastión antikirchnerista, en el apoyo masivo al libertario hay una clara señal de disconformidad, no tanto con el candidato oficialista, sino con el gobierno al que representa. Hasta el fin de su mandato, el gobernador es el responsable de lo bueno y de lo malo.
No estaría mal que el gobernador Suárez vaya a algún debate próximo.