Cardenal y tesorero del Vaticano se declarará no culpable en casos de abuso sexual

Cardenal y tesorero del Vaticano se declarará no culpable en caso de abuso sexual. George Pell está en juicio. Y es la autoridad de mayor rango del Vaticano que afronta esta instancia. Si se solicita al tribunal de Melbourne que decida si remitir o no al tribunal al acusado de abuso sexual, el proceso continúa en Roma.

Está en manos de una jueza, la australiana Belinda Wallington del tribunal de Melbourne, estado de Victoria, al menos una parte del futuro de las finanzas del Vaticano. De hecho, ella tendrá que decidir si el juicio contra el Cardenal George Pell, de 76 años, tendrá lugar o no.

Está acusado de haber cometido abuso sexual infantil en la segunda mitad de la década de 1990, cuando era arzobispo de Melbourne. Y muchos años antes, todos la época en la que trabajó en la diócesis de Ballarat, de la cual es originario.

El hecho es que Pell, hasta hace poco menos de un año, al frente de la Secretaría de Economía del Vaticano, era el encargado de garantizar una gestión correcta, transparente y eficiente de los recursos financieros de cada organismo de la Santa Sede.

Y para poner fin a la larga temporada de opacidad o, más simplemente, de confusión financiera, el Papa Francisco envió a su «ministro» a Australia. Allí debió responder a las graves acusaciones que le concernían. Antes lo suspendió de su puesto designando a un sustituto.

Cardenal en compás de espera

En el Tribunal de Melbourne, mientras tanto, se realizaron numerosas audiencias, en gran parte a puerta cerrada. Se escucharon más de 50 testigos y ahora se espera la decisión del juez Wallington. El 17 de abril, la fiscalía y la defensa presentarán sus conclusiones y luego el magistrado tendrá que tomar una decisión. O evaluará si hay elementos suficientes para continuar el proceso o si el proceso finalizará. Una hipótesis, la última, que no es tan remota.

La evidencia en contra de Pell no siempre son coherentes. Pero sobre todo la defensa del cardenal critica alguna intención persecutoria contra él por los investigadores. Esto se tradujo en la omisión de elementos que podrían debilitar el sistema acusatorio. Además, hay varios testimonios importantes a favor del cardenal. Por otro lado, también surgió que una encuesta del prelado australiano de alto rango ya había comenzado en 2013, una señal de que se ha llevado a cabo un largo y complejo trabajo judicial.