Chile, cómo se restaura naturaleza en Isla Huapi

Chile, cómo se restaura naturaleza en Isla Huapi. En Isla Huapi de Chile los bosques nativos se habían fragmentado secando los suelos y dejando a sus habitantes vulnerables. Pero la naturaleza se impone.

Chile Isla Huapi

En una remota zona de Chile la Isla Huapi, en el centro del Lago Ranco, al sur de los Andes, los árboles nativos están volviendo a crecer gracias a los esfuerzos de restauración de los pueblos indígenas, como Anita Neguimán Antillanca.

Al igual que otros pueblos indígenas mapuche huilliche de la Isla Huapi, ha estado plantando avellanos chilenos frutales (avellana Gevuina) y otros árboles nativos para preservar su forma de vida y el conocimiento tradicional de su pueblo, que se ha transmitido de generación en generación.

Las prácticas insostenibles de uso de la tierra habían transformado el paisaje de la isla, que pasó de ser un bosque lleno de robles (Nothofagus obliqua), raulíes (Nothofagus alpina), coihues (Nothofagus dombeyi) y laureles (Laurelia sempervirens) a grupos aislados en áreas remotas.

A medida que el bosque nativo se fragmentó y fue reemplazado por especies exóticas como el eucalipto, los suelos se volvieron más pobres y secos, y la isla y su población se volvieron más vulnerables a los efectos del cambio climático. Los cambios en el bosque también redujeron la disponibilidad de agua para beber y para riego.

Ahora, Anita y otras familias están devolviendo la rica variedad de vida vegetal a sus tierras ancestrales utilizando árboles nativos, como el laurel, que tienen un valor simbólico para el pueblo mapuche huilliche. Todo comenzó con un proyecto innovador centrado en la restauración de los bosques de Chile.

CONAF

La Corporación Nacional Forestal de Chile (CONAF) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han estado colaborando en un proyecto financiado por el Fondo Verde para el Clima (GCF), que está implementando la política nacional del país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la resiliencia climática mediante la restauración de árboles nativos.

Desde 2021, el proyecto, conocido como “+Bosques”, ha trabajado de la mano con el Pueblo Mapuche Huilliche en la isla para construir cercas que mantengan los árboles nativos recién plantados a salvo de los conejos y otros animales.

Mapuche Chile

Al igual que otros beneficiarios del proyecto, Anita planta plántulas de coihue, roble, laurel, avellano chileno y lingue (Persea lingue) cuidadosamente seleccionadas y cuidadas para asegurar su supervivencia.

“Mi madre [Telma Antillanca] insistió en que quería que se plantara esta especie de árbol [avellano]”, dice Anita.

Pasará mucho tiempo antes de que los árboles sean lo suficientemente grandes para que ella pueda recolectar las avellanas y tostarlas para hacer la harina que el Pueblo Mapuche consume como una bebida caliente mezclada con agua, leche o sidra de manzana. Pero lo que más le importa a Telma es que estas tradiciones se transmitan a las generaciones futuras.

Telma, de 76 años, no ha perdido la esperanza de que las generaciones futuras puedan mantener la profunda conexión que su Pueblo tiene con el bosque.

“Este es el sueño de mi madre, ver su tierra ancestral nuevamente rica en especies nativas”, explica Anita.

La esperanza de Telma para el futuro refleja el respeto del pueblo mapuche por sus sistemas alimentarios y de conocimiento, sus lugares de interés natural y su vida vegetal y animal.

Cada familia mapuche de la isla Huapi decide cómo utilizar su tierra, una parte de la cual suele destinarse a la ganadería y la agricultura o a la producción de leña para uso propio o para intercambiar con otros.

Tradicionalmente, el bosque es el lugar donde las familias mapuche recolectan suministros valiosos, desde frutas y hongos comestibles hasta material de construcción. Por ejemplo, utilizan las vides de la planta de boqui (Boquila trifoliolata) para hacer artesanías o tejer cestas, recolectan madera del árbol de boldo (Peumus boldus) para construir cercas y recogen bayas silvestres de “maqui” (Aristotelia chilensis), una superfruta repleta de antioxidantes.

El Gobierno de Chile y la FAO están trabajando en estrecha colaboración con los mapuches y otros pueblos indígenas para proteger y restaurar los bosques nativos de una manera que fortalezca la resiliencia del paisaje y sus medios de vida.

Las familias mapuche huilliche están restaurando actualmente ocho hectáreas del bosque de la isla; Anita espera inspirar a otros a hacer lo mismo.

Hasta ahora, más de 800 iniciativas, como la restauración de los bosques de la isla Huapi, se están implementando en colaboración entre CONAF y la FAO, de manera inclusiva y participativa, garantizando que se respeten los derechos, la cultura, el conocimiento y las prácticas de los pueblos indígenas.