Chile en Hungría, habla el embajador Camilo Sanhueza

Chile en Hungría, habla el embajador Camilo Sanhueza. Camilo Sanhueza, el embajador de Chile en Budapest, detalla sus primeras experiencias en Hungría a principios de la década de 1990.

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La primera visita a Hungría del ahora embajador de Chile Camilo Sanhueza fue en 1992, «como turista», explica. Y agrega «estar realmente impresionado por cuánto ha cambiado en las últimas tres décadas. Especialmente el gran trabajo realizado para preservar el patrimonio arquitectónico y la forma en que la sociedad y el comercio húngaros se han abierto a los mercados internacionales».

Revela que al enterarse que había sido desisgnado como embajador de país se sintió «sumamente feliz de poder colaborar en el fortalecimiento de nuestra relación bilateral. Del mismo modo, esperaba vivir en una ciudad tan hermosa como Budapest, tan llena de cultura, especialmente de una maravillosa escena musical».

La esposa también es diplomática; ella está destinada a los Países Bajos. «Durante la pandemia, Hungría y los Países Bajos no fueron tan estrictos en términos de restricciones de viaje, así que afortunadamente pude seguir volando de un lado a otro para visitar a mi familia», confiesa.

«Ingresé al Servicio Exterior de Chile en 1987, por lo que he pasado los últimos 35 años como diplomático, una carrera que se ha convertido en una forma de vida más que en un trabajo y me ha permitido visitar tantos lugares, conocer tanta gente y estudiar tantos temas diferentes. En cuanto a mi tiempo libre, Budapest ofrece muchas atracciones interesantes, como una vibrante vida cultural con conciertos, museos y literatura. Debo confesar que siempre he sentido una atracción particular por la obra de los pintores húngaros», explica.

Su obsesión es explicar Chile, que no solo es un país muy interesante geográficamente, sino que también tiene una historia colorida. «Como escribió una vez un escritor chileno, tenemos una geografía loca: desde el desierto más árido del mundo en Atacama hasta el Polo Sur en la Antártida. Bañado por uno de los litorales más extensos donde el horizonte se pierde en el infinito y respaldado por la cordillera de los Andes con cumbres que pueden alcanzar los 7000 metros de altura.

Relaciones comerciales

Tanto los húngaros como los chilenos tienen una personalidad muy introspectiva. La geografía hace que las personas sen más aisladas. «Tradicionalmente Hungría compra a Chile productos derivados del cobre. Por su parte, Chile compra principalmente repuestos y accesorios para automóviles. Veo un gran potencial para ampliar la importación de productos chilenos como frutas frescas, frutos secos, pescados y mariscos», analiza.

En cuanto a materia energética existe un escenario altamente cambiante. El embajador reafirma la estrategia energética nacional de incentivo al uso de energías renovables. Por lo tanto se busca que Chile se convierta en un productor y exportador de energía en forma de hidrógeno verde y litio.

Se calcula que la comunidad de chilenos en Hungría es de aproximadamente 400 personas. Los primeros inmigrantes llegaron en 1974 como resultado del golpe militar de septiembre de 1973. Luego, una segunda ola comenzó a llegar luego de la firma de un Acuerdo de Vacaciones con Trabajo en 2017, que permite a los jóvenes pasar un año en el país del otro trabajando. Finalmente, el año pasado recibimos a la primera generación de estudiantes chilenos que obtuvieron las becas Stipendium Hungaricum.

Budapest

Para Sanhueza, la capital de Hungría es sin duda una de las ciudades más hermosas de Europa. «Me encanta su arquitectura, sus parques y el encanto de caminar junto al Danubio. También he tenido la fortuna de conocer otras ciudades encantadoras como Esztergom y su imponente Basílica, Pécs, hogar de la maravillosa cerámica Zsolnay, así como otros lugares encantadores, como Eger y Győr», confiesa.

También surge como conocedor de la escena musical húngara. «Disfruto especialmente de compositores como Liszt, Kodály, Bartók y directores como András Ligeti y George Solti. Ha sido un placer poder asistir a maravillosos conciertos con músicos de clase mundial como la Filarmónica Nacional Húngara, en lugares increíbles como la Academia Liszt Ferenc, el Teatro Müpa y la nueva Casa de la Música en Városliget», finaliza.

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