Chile, obispos piden voto informado sobre nueva Constitución

Chile, obispos piden voto informado sobre nueva Constitución. Los obispos en Chile piden «discernimiento informado y voto en conciencia» para elegir una nueva Constitución.

Chile obispos nueva Constitución

El 4 de septiembre los chilenos están llamados a aprobar o rechazar el texto de la nueva Constitución política del país, marcando la última etapa de un largo proceso que comenzó con protestas callejeras y violencia en octubre de 2019.

El 11 de marzo de 2022, Gabriel Boric, de 36 años, líder estudiantil de las protestas de octubre de 2019, asumió como presidente de Chile, con el objetivo de reformar radicalmente la estructura sociopolítica de Chile en una dirección progresista. Tras su elección, el Presidente convocó a una reunión a los representantes de las diferentes confesiones religiosas presentes en Chile.

Los obispos chilenos se reunieron del 18 al 22 de julio de 2022 para estudiar la propuesta de documento constitucional a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia “preocupada por la vida y el desarrollo de nuestro pueblo”, y al término del encuentro ofrecieron sus lineamientos” iluminar la conciencia de todos con la Palabra de Dios, especialmente de los que profesan la fe cristiana».

Los obispos señalan que la Constitución “es una propuesta que nos hace afrontar nuestro futuro, con el desafío de discernir si el texto ofrecido nos proporciona o no un marco social y jurídico adecuado, para construir la la paz, la solidaridad y la justicia en nuestro país, asegurando el funcionamiento institucional que posibilite y permita canalizar las demandas de los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables”.

Debate público

El debate público de las últimas semanas no ha revelado un amplio consenso entre los partidos sobre el texto propuesto. “Son necesarios un discernimiento informado y un voto concienzudo, anteponiendo siempre el bien común de la patria”, afirman.

No se trata de proponer soluciones técnicas, sino de unir a la familia humana en la búsqueda del desarrollo sostenible e integral, según la Doctrina Social de la Iglesia, que se basa en principios y valores esenciales, subrayan los Obispos: «La primera de estos principios es la dignidad de la persona humana, seguida de otros como el bien común, la subsidiariedad y la solidaridad, además de otros principios y valores derivados como la verdad, la libertad, la justicia, la paz y la caridad”.

Aborto

Al proponer algunos lineamientos sobre el texto de la nueva Constitución, los obispos escriben: “apreciamos el texto constitucional en su propuesta sobre los derechos sociales, el medio ambiente y el reconocimiento de los pueblos indígenas. Hacemos una valoración negativa de las normas que permiten la interrupción de embarazo, las que dejan abierta la posibilidad de la eutanasia, las que desfiguran el concepto de familia, las que restringen la libertad de los padres para educar a sus hijos, y las que plantean algunas limitaciones al derecho a la educación y a la libertad religiosa. especial gravedad del aborto, que el texto de la propuesta constitucional denomina ‘derecho a la interrupción voluntaria del embarazo'».

El texto de los obispos, por tanto, se detiene brevemente en cada uno de estos puntos, proporcionando algunos elementos de reflexión útiles para el discernimiento. En la parte final, señalan que todo apunta a que el debate constitucional continuará después del 4 de septiembre, independientemente del resultado del plebiscito, por lo que «es importante que haya un debate no solo sobre un texto y las mejores reglas, sino de cómo seguimos buscando un desarrollo cada vez más humano e integral para todos”, por lo que invitan a “no abstenerse de colaborar en la construcción de un proyecto común”.

Democracia

Para avanzar en esta dirección es necesario “es imprescindible crecer en el diálogo y la amistad social, forjando una cultura del encuentro», reiteran los obispos, quienes en la parte de la conclusión subrayan: «La democracia, sus diversas instituciones y organizaciones políticas y sociales, será siempre la mejor manera de abordar nuestras legítimas diferencias, pero debe hacer un esfuerzo aún mayor para hacer de ella una democracia animada por el dinamismo del encuentro y del diálogo, y basada en el sagrado respeto a la dignidad humana. También tenemos que recuperar nuestra memoria histórica con sus luces y sombras, aciertos y desaciertos, para proyectarnos hacia un futuro en el que todos encuentren un lugar en la casa común”.