Chile, ¿será 2023 el año de la nueva Constitución? El 2023 es clave en Chile para intentar nuevamente acordar nueva constitución que reemplace la de la dictadura de Augusto Pinochet.
Chile 2023 nueva Constitución
Chile avanza nuevamente en 2023 para darse una nueva Constitución que reemplace la redactada durante la dictadura de Pinochet. Una parte sustancial de la población ha querido durante mucho tiempo deshacerse de la carta pinochetisra, aunque ha sufrido cambios significativos a lo largo de los años, y el tema se convirtió en un grito de guerra para las manifestaciones masivas que sacudieron el país en 2019.
Sin embargo, el primer intento de hacerlo fracasó cuando los votantes rechazaron contundentemente en el referéndum de septiembre de 2022 un nuevo borrador que, según muchos, desplazaba al país demasiado hacia la izquierda.
Mientras el comité de expertos designado por el Congreso se prepara para comenzar a trabajar en una nueva versión el 6 de marzo, el experto del Grupo Eurasia, Luciano Sigalov, ofrece pistas acerca de lo que podemos esperar del segundo intento de Chile de reescribir su constitución.
Comité expertos
¿Cuáles son los próximos pasos en el proceso? El comité de expertos de 24 miembros tiene la tarea de producir un borrador preliminar de una nueva constitución antes del 6 de junio. El organismo está compuesto por académicos respetados, ex funcionarios y asesores de partidos políticos; hay aproximadamente el mismo número de figuras elegidas por los partidos de centro-izquierda y de centro-derecha.
Por separado, se realizarán elecciones para un nuevo consejo constitucional el 7 de mayo, con votación obligatoria. El consejo comenzará a trabajar en un borrador final de la nueva carta el 7 de junio, utilizando la versión preliminar preparada por el comité de expertos. Supervisando todo el proceso hay un comité técnico de 14 miembros compuesto por especialistas legales elegidos por el Congreso.
Está encargado de preservar los aspectos centrales del sistema democrático del país, incluida una legislatura bicameral y la independencia del banco central. El proceso está programado para producir una nueva carta constitucional para el 7 de noviembre. El 17 de diciembre se llevará a cabo un plebiscito de ratificación, que también incluirá la votación obligatoria.
Técnicos por políticos
Partes de la nueva constitución presentada a los votantes en el referéndum de septiembre pasado parecían improvisadas, como lo subraya el compromiso de sus redactores de continuar modificándola si obtuviera la aprobación.
Además, los artículos de la nueva carta requerirán la aprobación de una mayoría de tres quintos del consejo constitucional, en lugar de los dos tercios anteriores. Y se pondrán límites a la participación de los independientes, que adelantaron propuestas radicales la primera vez. Por último, el período de redacción esta vez será más corto para tratar de evitar la fatiga de los votantes con el proceso.
Democracia chilena
Reemplazar la constitución de la era de Pinochet sería un hito importante para la democracia chilena y un gran paso adelante en la transición política provocada por las protestas de 2019. Las manifestaciones de meses de duración en todo el país se convirtieron en la crisis social y política más aguda del país en años.
Aunque una nueva carta no satisfaría las demandas de larga data de mejorar la red de seguridad social y la prestación de servicios públicos de la noche a la mañana, proporcionaría un marco más favorable para impulsar reformas progresistas.
Boric
Por un lado, un nuevo marco legal debería facilitar que el presidente Gabriel Boric haga los cambios prometidos en los sistemas de salud y pensiones, lo que ampliaría el papel del estado en la prestación de estos servicios públicos esenciales.
Por otro lado, representaría una importante victoria simbólica para Boric, quien durante mucho tiempo ha sido uno de los principales defensores de la campaña para reemplazar el documento de la era de Pinochet.
El rechazo de septiembre pasado a la reescritura propuesta fue un golpe dañino para su administración.
Una constitución más moderada y orientada al consenso ciertamente tendrá mejores posibilidades de aprobación. Sin embargo, la aprobación está lejos de estar garantizada y dependerá de su forma final y del sentimiento público a medida que se acerque el plebiscito del 17 de diciembre.
Los chilenos han demostrado que no les gustan los cambios radicales, y el creciente descontento con la clase política podría amargar a la gente en el proceso constitucional. Aunque los chilenos han exigido durante mucho tiempo una nueva carta, parecen haberse cansado de un esfuerzo que ha durado más de tres años.
Un segundo intento fallido de reescribir la constitución durante su administración sería otro golpe dañino para Boric., difícil de medir por el momento.