Chile, traumático proceso en cambio de Constitución

Chile, traumático proceso en cambio de Constitución. En un contexto que agudiza la crisis económica en Chile, comenzó la campaña para aprobar o no la Constitución en un proceso complicado.

Chile proceso Constitución

Por Andrés Kogan Valderrama

El 4 de julio fue sin duda una fecha histórica para Chile. Por primera vez en su historia como república se completó una propuesta constitucional para el país, redactada por un grupo de personas elegidas democráticamente en forma equitativa, con escaños reservados a los pueblos originarios y presencia de listas de independientes.

Es difícil expresar en toda su dimensión lo que vive Chile actualmente con este proceso Constitucional sin precedentes en el país. Si tuviéramos que volver al período anterior a octubre de 2019, 30 años desde el momento en que las grandes potencias del momento crearon una cultura política insulsa y la sellaron en la Constitución de 1980, un escenario como el actual sería absolutamente impensable e improbable.

Es decir, la clase política estaba subordinada a lo que el abogado y exconstitucionalista Fernando Atria denominó la Constitución engañosa, en referencia a la Constitución de Augusto Pinochet, ratificada en 2005 por el expresidente chileno [2000 – 2006] Ricardo Lagos, quien lo suscribió durante su mandato.

La Constitución de 1980 ha estado marcada por trampas, no solo porque fue redactada por un pequeño grupo de juristas conservadores varones en el marco de una dictadura, sino también porque instauró un modelo económico neoliberal extremo que generó una concentración tan grande del poder económico que aun cuando el país volvió a la democracia, las políticas institucionales quedaron relegadas al papel de mera administración de lo que ya existía.

Reforma estructural

Por eso, a pesar de las reformas al sistema político que se promulgaron en 2005 (incluyendo el fin de los senadores designados y la facultad de remover a los comandantes de las fuerzas armadas) y en 2015 (fin del bipartidismo), hay No ha habido una gran reforma estructural durante todos estos años, salvo la reforma de 2000 del Código Procesal Penal.

En otras palabras, cualquier intento de avanzar en políticas transformadoras que pudieran beneficiar a los ciudadanos y frenar los abusos ha sido rechazado por la Corte Constitucional. Esto ha sucedido repetidamente con los intentos de reformar el sistema de salud, el sistema de agua, el sistema educativo e incluso el servicio al consumidor nacional.

Por lo tanto, no debe sorprender que los grandes poderes económicos de Chile (el Ministerio de Salud, el sistema de pensiones, el comercio minorista, la minería, el sector forestal, los bancos, los grandes consorcios educativos y los grandes grupos mediáticos) hayan abusado impunemente del sistema, desde la Constitución. les ha permitido y les ha dado cobijo durante treinta años.

Ante esto, es bastante ridículo por parte de quienes afirman ver similitudes entre la Constitución de Pinochet y la actual propuesta constitucional presentada recientemente, ya que ambas requerirían una amplia mayoría para reformarlas. Tales paralelismos, sin embargo, ignoran todo lo mencionado anteriormente.

Además de tontos, los supuestos paralelismos extraídos de las reglas del quórum son falsos y mal intencionados. Si bien se requería un voto de 2/3 de los senadores y diputados en ejercicio para promulgar reformas importantes a la Constitución de 1980, la nueva Constitución establece un quórum de 4/7 de los legisladores, seguido de un plebiscito de ciudadanos para ratificarla, si es un significativo reforma.

Septiembre decisivo

Es decir, si se aprueba la nueva Constitución en la votación que se realizará el 4 de septiembre, no puede haber un grupito que esté vetando constantemente la votación, como ha sucedido con la derecha en Chile en las últimas décadas, resultando en el hecho de que al final las reformas se hicieron sólo cuando los sectores más conservadores las querían.

No hay que olvidar que el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019 fue desencadenado por una gigantesca convulsión social, sin precedentes en la historia de Chile, donde el poder constituido, en particular la derecha, quedó con otra opción que abrirse a un cambio de Constitución.

Por lo mismo, la nueva Constitución no será esta vez engañosa, sino democrática, ya que ha sido construida desde un principio por un plebiscito y fue redactada por una Comisión Constitucional elegida en las urnas. Además, las normas constitucionales fueron aprobadas por la gran mayoría, incluso por más de 2/3 de los votos, lo que evidencia su carácter legítimo y fuertemente participativo.

Finalmente, la nueva propuesta de Constitución democrática, en contraposición a la socarrona Constitución de 1980, plantea que si en el futuro se desea volver a cambiar la Constitución, sólo se puede hacer a través de una Asamblea Constituyente, y a través de un referéndum, devolviéndole así el poder al pueblo de Chile, donde siempre debió estar.

4 Replies to “Chile, traumático proceso en cambio de Constitución”

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