China construye planta de energía nuclear en Argentina. Pese a la oposición por cuestiones ambientales y la presión de EE. UU. para no profundizar lazos con Beijing, Argentina es la nueva mucama de China.
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Un acuerdo reciente firmó la construcción de una planta de energía nuclear en Argentina. Es el último esfuerzo de China, exitoso esta vez, para comprometerse con los países latinoamericanos utilizando su avanzada tecnología de energía limpia.
Pero es el primer paso como parte de un impulso más amplio y así para expandir su influencia en la región.
La planta de US$8.000 millones, conocida como Atucha III , utilizará el diseño chino Hualong One. Ubicada cerca de Lima, a unos 100 km al noroeste de la capital Buenos Aires, será la cuarta central nuclear de Argentina y tendrá una capacidad instalada de 1,2 gigavatios y una vida inicial de 60 años.
Beijing y Buenos Aires acordaron cooperar en el proyecto en 2015, pero el progreso se estancó hasta que se firmó el contrato entre la Corporación Nuclear Nacional de China y Nucleoelectrica Argentina el 31 de enero.
Atucha III
Los siguientes comentarios los formuló Emilio Apud, ingeniero y consultor, ex secretario de Energía y Minería de Argentina.
«Es llamativo el desapego del kirchnerismo a considerar el costo de sus decisiones, máxime en un país como el nuestro con las arcas vacías, sin mercado de capitales, sin acceso al crédito internacional y con el recurso de emisión espuria agotado, en un contexto inflacionario desbocado».
«Ha endeudado a generaciones futuras en compromisos financieros para proyectos innecesarios, como la expropiación de YPF, unos USD 14.000 millones (M) en concepto de indemnizaciones, acuerdo dispendioso con el Club de París y pasivos en tribunales internacionales por no respetar cláusulas estatutarias de YPF; la central carbonera de Río Turbio, más de USD 1.600 M; los acuerdos con China por USD 15.000 M para dos centrales hidroeléctricas en Santa cruz y una nuclear aún no iniciados. Es decir, entre el tercer gobierno kirchnerista y lo que va del actual, han comprometido al país en más de USD 30.000 M, en proyectos no prioritarios y prescindibles para el sector energético».
«Entonces, el motivo de semejante despilfarro hay que buscarlo en otra parte. Tal vez en el cambio sustancial que pretende el kirchnerismo en nuestras relaciones exteriores tradicionales, o en la ideología estatista o en el capitalismo de amigos y sus intereses en juego o en los swaps para mitigar caída de reserva, u otros».
Un caso paradigmático de este fenómeno es Atucha III, o cuarta central nuclear (CN) en Argentina.