Conferencia Episcopal de Chile, fotografía del presente. La 125 Asamblea Plenaria de Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile culminó en Santiago entre preocupaciones y esperanzas.
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“Nuestra primera palabra es de alegría y esperanza, porque Cristo vive resucitado entre nosotros y la fuerza de su vida nueva no nos abandona”, escriben en el mensaje final los obispos de Chile reunidos en la Conferencia Episcopal.
Y agregan: “También estamos satisfechos de la recuperación creciente de la presencialidad en nuestras actividades, lo que nos ha permitido, entre otras cosas, celebrar nuestra fe con alegría en la reciente Semana Santa”.
Los motivos de alegría no impiden que los obispos chilenos vean una gran preocupación por el acontecer social y político de la nación: la crisis migratoria, el clima de violencia que se expresa en la delincuencia, en el narcotráfico, en la destructiva protesta social, en la situación de la Araucanía y, en general, en un tenso ambiente político.
Democracia
“Lamentablemente, la violencia se convierte en un recurso común para expresar peticiones y peticiones, perdiendo el sentido de los límites y quebrantando la convivencia democrática. Prevalece la subjetividad de la mirada, al margen del bien común”, denuncian los obispos.
Otra preocupación viene dada por la fragilidad del escenario económico, “que augura un momento difícil, especialmente para los más pobres”. Todo esto genera un clima de pesimismo y desconfianza, que exige el compromiso de todos para generar un clima de diálogo y concertación, necesario para atender los temas más urgentes del país.
“Nuestra convivencia democrática está gravemente dañada y todos debemos contribuir a mejorarla, especialmente quienes ejercen liderazgo social y político en los más diversos campos”, afirmaron.
Constitución
Respecto al proceso constituyente, que «vive momentos cruciales», el mensaje recuerda las grandes esperanzas del país en que supere una situación de crisis. “Sin embargo, muchos hoy tienen serias dudas de si se trata de un punto de encuentro y acuerdo en torno a un horizonte compartido sobre el país que queremos construir. Hay señales que parecen mostrar la voluntad de imponer un orden social, político y hasta cultural, fundamento que no ha sido suficientemente dialogado y madurado por la sociedad».
Dado que los ciudadanos aprobarán el texto propuesto, los obispos piden a todos que se informen y discutan, para elegir “lo que realmente contribuye a configurar un país más justo y más solidario”. Señalan, por tanto, los fundamentos para la construcción de la sociedad: entre otros, el respeto a la dignidad humana, el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la búsqueda del bien común, la solidaridad y la preocupación por los más pobres y vulnerables.
Guerra
Entre sus preocupaciones, los obispos citan también la situación de guerra en Ucrania, invitan a los creyentes a seguir orando por la paz y agradecen el aporte realizado a través de la colecta del domingo 24 de abril.
“Como Iglesia católica en Chile, actualmente vivimos un momento de diálogo y encuentro, de la mano del proceso sinodal al que el Papa Francisco ha invitado a la Iglesia universal», concluyen su mensaje, invitándonos a profundizar en las necesidades de la conversión pastoral, para «estar a la altura de la misión que el Señor nos ha encomendado».