Economía de Brasil, éxito del libro que explica del boom al caos. Su autora es joven, al igual que su mirada fresca sobre una ciencia que tampoco es exacta. La economía de Brasil ha sufrido un quiebre en su desarrollo. Y Laura Carvalho explica lo que pasó para lectores que no son amigos de las secciones de Economía. Su texto es un éxito. Su visión otro tanto.
Economía de Brasil
En mayo lanzó «Valsa brasileira», una tesis que investiga la economía de Brasil desde 2006 hasta los últimos días. El texto estuvo cuatro semanas en la lista de los libros brasileños más vendidos.
«Los primeros capítulos son el paso adelante, cuando la economía brasileña crece con el consumo de las familias. Luego vienen los pasos con la desaceleración y la adopción de lo que yo llamo Agenda FIESP. Y finalmente en 2015 viene el paso atrás. Con la segunda mayor recesión de la historia», resume.
Laura Carvalho es una profesora universitaria bastante crítica del circulo que rodea a los economistas. «Usamos un lenguaje que excluye a personas que potencialmente podrían ser importantes para el debate económico. Todos deberían participar, dado que ese debate afecta a todo el mundo. La convivencia con gente de fuera de la economía me ayudó a pensar cómo comunicarme. Es impresionante cómo está viciado el entorno del economista», explica
«No tengo la pretensión de imponer una idea, no me gusta el papel del economista que viene a traer la verdad absoluta. La economía está lejos de ser una ciencia exacta», opina. Y esta actitud es la que diferencia un libro escrito para la tribu o para un mundo más vasto.
Pensando en la metáfora del vals, los tres primeros capítulos son el paso por delante, el período entre 2006 y 2010. Allí la economía crece por encima de la media. Crece el consumo interno de las familias en un proceso con alguna redistribución de la renta en la base, aunque limitada. Después, viene el paso al costado, que es el primer gobierno de Dilma. No es crisis, pero hubo desaceleración. Hubo un error grave de diagnóstico sobre lo que era necesario hacer y la política económica cambia en la dirección equivocada, atendiendo a lo que llamo Agenda FIESP. Y después de 2015 comienza el ajuste fiscal y otros elementos que causan la segunda mayor recesión de la historia brasileña. Este es el paso atrás. La tesis de que basta recortar gastos públicos para que la economía vuelva a mejorar no funcionó», sostiene.
Traza un panorama sobre lo bailado en la economía de Brasil de los últimos 15 años. «Cuando las personas piensan en el consumo a veces piensan en consumismo, como si el crecimiento del consumo se reflejara en lo que es superfluo. Esto ignora la realidad de Brasil, la miseria de millones de personas excluidas del mercado consumidor, con un nivel de vida mucho más bajo de lo que sería digno. Cuando esas personas no están gastando todo el dinero que ganan para alimentarse, tienden a consumir más cosas. Una peluquería, cultura, restaurante, servicios. La gente mira para ese período de redistribución de renta en la base y creen que eso es condenable. Creo que eso es parte de lo que la economía brasileña necesita. Esto no significa que yo defienda el modelo de capitalismo mundial, que alienta el intercambio de bienes tecnológicos. Son cosas diferentes».
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