Electroshock, grupos de derechos humanos piden prohibición

Electroshock, grupos de derechos humanos piden prohibición. La Comisión Ciudadana de Derechos Humanos de Nueva York protestó por el uso continuo del tratamiento de electroshock. Especialmente en niños pequeños. La protesta condenó el electroshock como «tortura» y pidió su prohibición. Tal abuso físico, si lo comete alguien más que un psiquiatra, constituye un delito. Y cuando se administra a los niños deben imponerse las penas más altas.

Niños bajo electroshock

A través de las solicitudes recientes de la Ley de Libertad de Información la Comisión estableció lo que se ha ocultado durante años: que los niños de cinco años o menos están siendo electrocutados. Los niños autistas también lo están padeciendo, a pesar de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) nunca aprueba el uso de esta técnica.

La Comisión recoge un informe de Naciones Unidas para argumentar que su uso en niños constituye tortura, añadiendo argumentos adicionales para su prohibición.

No son sólo los destinatarios del «tratamiento» los que lo llaman un método inviable o tortura inhumana. En 2013, Juan E. Méndez, Relator Especial de la ONU sobre Tortura, dijo que el electroshock forzado podría ser equivalente al trato y castigo cruel, inhumano o degradante. También pidió una «prohibición absoluta de todas las intervenciones médicas forzadas y no consentidas contra personas con discapacidad».

La Organización Mundial de la Salud comenta que «no hay indicaciones para el uso de en menores y por lo tanto esto debería prohibirse a través de la legislación».

Electroshock sin valor

Este método no tiene ningún valor terapéutico en la medida en que no cura. De hecho, induce  un ataque de gran mal que implica una pérdida de conciencia y contracciones musculares violentas, enmascarado por un anestésico.

La Comisión también señala que el electroshock no se puede comparar con la administración de insulina o quimioterapia puesto que salvan vidas para curar o aliviar el cáncer. La diabetes y el cáncer son enfermedades médicas identificables que pueden ser evaluadas y confirmadas físicamente. Pero como cofundador de la Comisión, Thomas Szasz, profesor de psiquiatría y autor prolífico de psiquiatría, declaró: «No hay sangre u otra prueba biológica para determinar la presencia o ausencia de una enfermedad mental».

La Comisión es un grupo sin fines de lucro de vigilancia de la salud mental dedicado a eliminar los abusos cometidos bajo el pretexto de la salud mental. Trabaja para garantizar protecciones al paciente. Ha ayudado a promulgar más de 180 leyes que protegen a las personas de las prácticas de salud mental abusivas o coercitivas.

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