Gustavo Zanchetta, obispo argentino protegido del Papa encarcelado. Obispo de Argentina Gustavo Zanchetta, defendido por Papa Francisco, fue condenado por abusos sexuales y detenido de inmediato.
Gustavo Zanchetta obispo Papa
La Iglesia argentina y el Vaticano están tambaleándose después de que un tribunal argentino encarcelara a un obispo católico durante cuatro años y medio la semana pasada por abuso sexual de dos exseminaristas. Es un gran golpe para el Papa Francisco, quien lo conocía bien, lo había nombrado obispo y lo defendió luego de las acusaciones iniciales.
El obispo Gustavo Zanchetta, de 58 años, se declaró inocente de los cargos, pero fue condenado el 4 de marzo y detenido de inmediato. El tribunal de la ciudad de Orán, donde fue obispo de 2013 a 2017, escuchó a dos víctimas denunciar que Zanchetta había hecho “propuestas amorosas” y había solicitado “masajes”.
Los problemas surgieron en 2015 cuando un funcionario de la iglesia descubrió imágenes sexualmente explícitas que fueron enviadas y recibidas en el teléfono móvil de Zanchetta. Las imágenes incluían fotografías obscenas del obispo y de jóvenes y se alertó a las autoridades. El Papa Francisco convocó a Zanchetta a Roma y, según los informes, aceptó su explicación de que su teléfono había sido pirateado y que las acusaciones en su contra estaban motivadas por un sentimiento anti-Papa Francisco.
Acusaciones
Luego, en 2016, cinco sacerdotes presentaron una acusación formal ante las autoridades de la iglesia, acusando a Zanchetta de autoritarismo, mala gestión financiera y abuso sexual en un seminario. Renunció en 2017 alegando “motivos de salud”.
El Papa Francisco lo trasladó al Vaticano y le dio un trabajo en una de las oficinas vaticanas más sensibles, la tesorería que administra las inversiones y los activos de la Santa Sede. Las autoridades argentinas investigaron después de que surgieran denuncias públicas en 2019 y Zanchetta regresara de Roma para enfrentar cargos.
El juicio en Argentina se retrasó cuatro meses a pedido del abogado defensor que quería esperar los archivos de una investigación separada de derecho canónico del Vaticano. El Vaticano aún no ha hecho pública información sobre este proceso.
La condena en la patria del Papa golpea la credibilidad personal del Papa Francisco. Mantuvo a Zanchetta en un trabajo y residencia en el Vaticano justo cuando convocaba una cumbre mundial de obispos del mundo para abordar la responsabilidad episcopal.
La renuencia del Papa a actuar sobre las acusaciones contra Zanchetta tiene ecos del escándalo de 2018 sobre un obispo chileno acusado de encubrir abusos, acusaciones que Francisco rechazó inicialmente antes de que finalmente se disculpara con las víctimas.