Los intereses de la Federación Rusa en América Latina. En noviembre de 2016, el presidente Putin validó la nueva estrategia diplomática rusa de Sergei Lavrov. Sin embargo, América Latina aparece solo al final del informe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Federación Rusa América Latina
Desde la toma de Maduro por parte de Venezuela, Rusia ha sido un firme partidario del gobierno venezolano. Este esfuerzo a largo plazo y la cercanía a Cuba demuestran la profunda participación de la Federación de Rusia en América Latina.
Rusia está desarrollando una diplomacia regional que se entiende como la intensificación de las relaciones con los países vecinos. Como resultado, las relaciones tensas con Ucrania o Georgia están en el centro de su agenda diplomática.
Los eventos actuales en el área de Medio Oriente también están enfocando la atención de Rusia aún más desde la retirada de los Estados Unidos.
Esta es la razón por la cual el espacio latinoamericano parece secundario, incluso si no carece de intereses para los rusos. Rusia tiene relaciones cercanas con algunos países, incluida Cuba, desde la Guerra Fría. A comienzos del siglo XX, Rusia intensificó sus relaciones con Venezuela a través de intereses diplomáticos y económicos convergentes.
El estado ruso ha apuntado intereses económicos en América Latina, particularmente en Argentina. De hecho, la compañía rusa ROSATOM firmó recientemente un acuerdo con Argentina para desarrollar una cooperación nuclear civil. Los estrechos vínculos entre los dos países no son nuevos. En 2014, Vladimir Putin ya había firmado un contrato de construcción de un reactor nuclear en Argentina.
Además, Rusia ha desarrollado estrechas relaciones económicas con Chávez y Maduro de Venezuela. El corazón de los intercambios económicos ruso-venezolanos se encuentra en la esfera del petróleo. Para ilustrar esta proximidad económica, podemos mencionar a la compañía Rosneft, que posee el 13% del parque energético petrolero venezolano.
Cabe mencionar que rusos y venezolanos también mantienen intercambios económicos en el campo de los armamentos. Desde 2005, se han vendido 11 mil millones de dólares en armas en Venezuela. Finalmente, Rusia ha forjado vínculos con Bolivia para explotar los recursos de gas de Bolivia. Notamos que el componente energético ocupa un lugar destacado en el comercio entre Rusia y América Latina.
Aliados latinoamericanos compartiendo intereses diplomáticos rusos.
Más allá del interés económico único, cabe señalar que Rusia tiene aliados diplomáticos en América Latina.
Por lo tanto, en una búsqueda de emancipación frente a Estados Unidos, Venezuela, Cuba y Nicaragua encuentran en el apoyo ruso una alternativa creíble. Es cierto que, en la mayoría de los casos, el apoyo ruso aparece en forma de ayuda económica, pero también en forma de apoyo diplomático.
Además, Rusia, parte de los BRICS, ha desarrollado relaciones necesariamente cercanas con Brasil. Aquí, el aspecto del conflicto no entra en juego, ya que son dos países bastante similares: gran área, deseo de dominación regional y disposición para cambiar la gobernanza global.
Es esta connivencia la que lleva a Rusia a apoyar a Brasil en espacios internacionales y viceversa. Finalmente, es obvio que en la diplomacia internacional, América Latina está firmemente anclada en la lógica del «patio trasero» de los Estados Unidos. Rusia ve en la alianza con algunos países latinoamericanos la oportunidad de venir y desafiar a la hegemonía norteamericana en su área inmediata. El caso más emblemático de esta estrategia es la isla de Cuba.
En resumen, Rusia tiene oportunidades económicas en América Latina relacionadas con la energía y las armas. Además, crea vínculos con países en ruptura diplomática con Estados Unidos. Además, Brasil se destaca ante los ojos de Rusia porque existe el mismo deseo de dominación regional.
Cabe señalar que la baja visibilidad de la diplomacia del presidente Bolsonaro cambia la situación. Por otro lado, los vínculos más estrechos son con Venezuela a través de acuerdos petroleros y la oposición a la hegemonía norteamericana. Finalmente, es necesario cuestionar la crisis en Venezuela. ¿Cuál sería el impacto de la caída de Maduro para la diplomacia rusa en América Latina?