Matias Zegers, el jinete transformado en arquitecto de establos modelos

Matias Zegers, el jinete transformado en arquitecto de establos modelos. El chileno ha montado caballos desde la primera infancia. Quería crear un establo con las mejores condiciones para el bienestar de los caballos. El resultado.

Matias Zegers

El arquitecto con sede en Santiago Matias Zegers diseñó los establos para un centro ecuestre que ocupa un complejo de tres hectáreas, al pie de las montañas de los Andes.

Zegers diseño una estructura simple, a dos aguas, en la que pueden acomodarse 14 caballos de salto. Está ubicada muy cerca de un campo de entrenamiento, en un terreno rodeado de árboles quillayes nativos.

La característica clave del edificio es la delgada luz del techo, que se extiende de un extremo al otro. Proporciona suficiente luz natural para que los petiseros trabajen en el interior durante todo el año, con luz artificial mínima.

La abertura es más angosta en sus extremos, donde los puestos están situados para garantizar un ambiente tranquilo y relajante para los caballos. Se ensancha hacia el centro para proporcionar una iluminación adecuada a las duchas y a las salas para ensillar.

Los techos revestidos de madera a cada lado del tragaluz están curvados. Esto permitie que la luz se difunda suavemente sobre sus superficies. Se utilizó una doble capa de vidrio opal para la claraboya, así crea una calidad de luz más pareja.

«Cuando se ven desde la distancia, la forma y la textura lo hacen desaparecer, no solo a la vista sino también a la memoria», explica Zegers, «desvaneciéndose junto con los cientos de establos similares que podríamos haber visto».

Las superficies exteriores revestidas de madera teñida de oscuro ayudan a los establos a mezclarse con su entorno natural. Las fachadas oscuras se complementan con tejas metálicas que cubren la superficie suavemente inclinada y en ángulo.

«La capa exterior de baldosas metálicas se instala como un tejido, negociando con esta geometría sin problemas», agregó Zegers. «La luz del día se refleja en esta piel, mostrando diferentes tonos en su color satinado de bronce».

Las aberturas en los extremos de dos aguas y en el centro de una elevación conducen directamente al edificio. Esta transición se ve acentuada por el contraste entre las fachadas oscuras y el cálido interior de madera.

El edificio fue construido con madera laminada. La estructura y las paredes se prefabricaron en una fábrica en la ciudad chilena de Los Ángeles y se ensamblaron en el sitio en solo 45 días.