México más pobre, con casi la mitad de la población caída

México más pobre, con casi la mitad de la población caída. La tasa de pobreza de México creció a casi un 44% a fines del año pasado, según mostraron los datos del gobierno publicados el jueves.

México pobreza

La situación en México se agrava por una recesión económica, a lo que la pandemia de coronavirus provocó fuertes recortes presupuestarios, cierres de empresas y despidos.

Unos 3.8 millones más de mexicanos cayeron por debajo de la línea oficial de pobreza en 2020 para alcanzar un total de casi 56 millones, en comparación con fines de 2018, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo.

Su compromiso de priorizar las necesidades de los pobres, por ahora, está relegado.

La población de México de aproximadamente 126 millones es la más grande entre los países de habla hispana, solo superada por Brasil en América Latina.

Los datos de la agencia de evaluación del desarrollo Coneval también mostraron que la pobreza extrema durante el mismo período creció del 7% al 8,5% de la población, o casi 11 millones de personas.

En México, los ingresos por pobreza se definen en alrededor de 111 dólares por mes para los residentes rurales y 170 para los de las áreas urbanas, según cifras oficiales. La pobreza extrema cubre a quienes ganan menos de la cantidad necesaria para comprar alimentos básicos, o ganan alrededor de 63 dólares mensuales en las áreas rurales y 88 para los residentes urbanos.

“La emergencia de salud Covid-19 ha profundizado los desafíos que enfrenta la política de desarrollo social en todos los aspectos, particularmente en los ingresos, la salud, la educación y la alimentación del pueblo mexicano”, dijo Coneval en un comunicado.

Los mexicanos que carecen de acceso a servicios de salud crecieron 12 puntos porcentuales desde 2018 a alrededor de 35 millones de personas, lo que marca el mayor salto entre los indicadores de deficiencia social evaluados por la agencia, mostraron los datos.

La economía de México se contrajo 8.5% el año pasado cuando López Obrador desestimó los llamados a asumir una nueva deuda y se apegó a su política prepandémica de gasto austero al tiempo que impulsó los presupuestos para una variedad de programas sociales.

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