México, polémica ambiental por Tren Maya

México, polémica ambiental por Tren Maya. Tren Maya en México está destinado a impulsar desarrollo económico de algunas de las áreas más pobres del país, pero abre polémica ambiental.

México Tren Maya polémica

Fonatur, la agencia nacional de turismo de México, dice que el Tren Maya abordará la falta de infraestructura de transporte en el sureste del país, pero enciende polémica ambiental por su trazado.

Esta obra que el presidente de México ha tomado como símbolo de su gestión tendrá 20 estaciones a lo largo del recorrido, donde se prevén hoteles y mercados comerciales. También será una ruta de carga para combustibles y productos agrícolas.

Los 1500 kilómetros de vía férrea atravesarán ecosistemas únicos, incluidas las formaciones de piedra caliza llenas de agua dulce conocidas como cenotes a lo largo de la Riviera Maya.

Esto generó una ola de críticas y demandas el año pasado que atrajo la atención internacional y detuvo temporalmente el trabajo. La cuestión ambiental logró frenar los arrebatos del populismo.

Ahora el enfoque se ha desplazado a esta sección que atraviesa la selva intacta de Calakmul, que es parte de la selva maya más grande, la selva tropical más grande de las Américas después de la Amazonía.

Planificación

“No estoy en contra del tren, pero para un megaproyecto de este tipo, la planificación normalmente toma más de 10 años”, dijo la primatóloga británica Kathy Slater, quien trabaja en Calakmul desde hace una década con la organización Operación Wallacea.

“Pero esto es sin planificación, es una locura, no están pensando en los impactos”, denuncia.

El presidente AMLO quiere que el tren esté en marcha a fines de este año, cuando termine su mandato, designándolo como un asunto de «seguridad nacional» para acelerar los requisitos ambientales y de audiencia pública. El ejército quedó a cargo de ciertos tramos, incluido el que atraviesa Calakmul.

Calakmul

El año pasado, poco más de 50.000 visitantes llegaron a Calakmul, hogar de una antigua ciudad maya que hoy es patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

«Habrá más trabajo para nosotros los guías», dijo Díaz, desde la sombra de un árbol lleno de lianas. «Pero va a ser un duro golpe para la naturaleza».

A unos 20 kilómetros del humedal de cocodrilos, las excavadoras están talando la selva para el Tren Maya, un proyecto de 20.000 millones de dólares previsto por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

Un camino de 40 metros de ancho da paso al tren, y los troncos se apilan a lo largo del estrecho camino hacia el sitio arqueológico oculto.

Actualmente, desde lo alto de las pirámides casi desiertas, el rugido de los monos aulladores resuena a través de un mar verde.

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