Nueva izquierda en Chile, trae esperanza pero no tanto más. La victoriosa nueva izquierda de Chile ofrece esperanza, pero con la voluntad no alcanza para gobernar ni para transformar un país.
Chile nueva izquierda
El ex estudiante activista Gabriel Boric, de 35 años, se convertirá en el presidente más joven en la historia de América Latina cuando asuma el cargo de jefe de Estado de Chile en marzo. Pero con el capital ya despegando y la derecha en aumento en todo el continente, no le espera un viaje fácil.
Entre las dos rondas de votación, el equipo de campaña de Boric trató de llegar más allá de la clase media de Santiago, a partes más remotas del país, incluidas las áreas rurales y los barrios pobres. Su objetivo era movilizar a los indiferentes y cerrar la brecha en áreas donde Kast había recibido un fuerte apoyo.
Funcionó: la participación saltó a casi el 56% en la segunda vuelta y, por primera vez, votaron más de ocho millones de chilenos. Boric superó a Kast por más de diez puntos.
La directora de campaña de Boric, Izkia Siches, de 35 años, jugó un papel decisivo en esta estrategia ganadora, revitalizando con éxito la campaña. Siches es conocida por su oposición a la política de salud del actual presidente Sebastián Piñera.
Los datos electorales anticipados sugieren que las mujeres, la clase trabajadora y los jóvenes fueron el factor clave detrás de la victoria, contribuyendo significativamente a la diferencia de casi un millón de votos entre los candidatos. A la izquierda le fue especialmente bien en los distritos pobres del oeste de Santiago, con más del 70% en algunos de ellos.
Reformista
El presidente electo Gabriel Boric ingresó al parlamento en 2013 como independiente sin ningún apoyo de partido, un logro en el sistema electoral chileno, que privilegia las coaliciones de partidos centristas sobre los independientes.
Luego fue reelegido junto a figuras del movimiento estudiantil como Camila Vallejo del Partido Comunista y Giorgio Jackson, quien se convirtió en su mano derecha.
Boric y Jackson cofundaron el Frente Amplio en 2017, posicionándolo estratégicamente entre la histórica izquierda comunista, cuyas héroes son Fidel Castro y Simón Bolívar, y los partidos tradicionales de la vieja Concertación de centroizquierda, la coalición del Partido Socialista y los demócrata cristianos.
Esta nueva izquierda institucional, frenteamplista, que buscaba ser reformista y posneoliberal, está muy lejos de izquierda radical, que la prensa internacional le aplica con pereza. Ganar las primarias contra el muy popular (y más izquierdista) alcalde comunista de Recoleta, Daniel Jadue, hizo que sus tácticas dieran sus frutos.
El manifiesto presidencial de Boric contiene una nueva política fiscal destinada a gravar a los ricos y a las grandes empresas para financiar reformas sociales. Habrá que ver cómo empieza y hasta dónde llega.