Paseo Bandera, arte urbano en Santiago y una historia que merece ser sabida. Artistas ocuparon una calle temporalmente cerrada para crear un luminoso paseo peatonal. Pero lamentablemente su futuro es incierto. Fue hecho en tiempo record. En tan solo 30 días. Trabajaron más de 120 personas dirigidas por el artista visual chileno Dasic Fernández. Transformaron una de las calles más congestionadasdel centro de la capital chilena.
Paseo Bandera, la génesis
Paseo Bandera, junto al palacio de gobierno y la plaza principal de la ciudad, es un concurrido punto, más colorido gracias a una intervención urbana que no tiene precedentes en América Latina.
Las autoridades intentaron transformar esta zona muerta después de que se cerrara al tráfico, tanto vehicular como peatonal, debido a la construcción de la Línea 3 del Metro de Santiago.
Dasic Fernández, que vive en Nueva York, se unió al arquitecto Juan Carlos López, y en tres días desarrollaron una propuesta para influir en el alcalde: transformar Bandera en un ejemplo de urbanismo táctico que fusionara arte y arquitectura. Lo consiguieron. El arte una vez más se impuso.
La calle, ahora peatonal, se abrió al público el 21 de diciembre de 2017. «La idea era peatonalizarla, instalar una pequeña área verde, un poco de color y muebles», dijo Fernández.
La propuesta era visualmente innovadora. Pero también atractiva desde un punto de vista comercial: la Municipalidad de Santiago no tenía que sacar dinero de su bolsillo. Todo el proyecto fue financiado a través de pagos realizados por varias marcas para hacer que sus logotipos sean visibles en el Paseo. Con dinero de compañías privadas, Fernández pudo cerrar el espacio para automóviles y autobuses, comprar los materiales y pagar los gastos de transformación, pintura e intervención.
Detalles de la instalación
El mural, pintado sobre el asfalto, tiene un área aproximada de 3.300 metros cuadrados. Se extiende por casi cuatro cuadras. Tiene tres secciones: la primera inspirada en la historia prehispánica de Chile, y comienza en la intersección entre las calles Compañía y Bandera, donde se encuentra el Museo de Arte Precolombino.
El segundo refleja la diversidad actual del país, desencadenada por la inmigración y los cambios culturales. Y el último tramo, entre las calles Moneda y Agustinas, busca retratar el futuro a través de artefactos más modernos y colores más fuertes.
«Hicimos un equipo de 20 muralistas locales y latinoamericanos, que pintaron cada bloque en ocho o 10 horas. Hubo una coordinación completa. Fue una verdadera coreografía visual «, dijo Fernández.
El futuro de la intervención todavía es incierto. A fines de este año, la capital de Chile tendrá que tomar una decisión: reabrir el Paseo a los automóviles y el transporte público, o mantenerlo peatonal, de forma permanente. La calle continuará como está ahora hasta finales de agosto, fecha aproximada de la inauguración de la nueva Línea 3 del Metro de Santiago, que pasa justo debajo de Bandera.
La decisión no está en manos del municipio, sino del Ministerio de Transporte. Desde allí indicaron que la calle debe reabrirse al transporte público. Sin embargo, el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, aboga por que Bandera siga siendo una ruta exclusivamente peatonal y un espacio cultural. «Si fuera solo por mí, quedaría para siempre», dijo.