Perú, integración con China impacta en Sudamérica. Por qué la cooperación entre Perú y China con enormes inversiones en infraestructura portuaria crea más oportunidades para Sudamérica.
Perú China Sudamérica
Las inversiones en infraestructura de China en Sudamérica como el puerto Chancay en Perú, a veces generan inquietud en los Estados Unidos sobre la competencia por la influencia regional. Sin embargo, desde una perspectiva más amplia, la cooperación entre China y los países latinoamericanos en realidad presenta más oportunidades de colaboración para los EE. UU. que de rivalidad.
Un ejecutivo de COSCO Shipping, el operador del puerto de Chancay, dijo que el puerto inicialmente brindará una ruta directa a Shanghai y operará dos buques portacontenedores por semana a partir de fines del próximo mes después de su inauguración oficial, informó Reuters el sábado.
Como proyecto emblemático de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI) en América Latina, el puerto de Chancay no solo sirve a los intereses de China y Perú, sino que también ofrece nuevas oportunidades y posibilidades para el comercio entre América del Sur y Asia. Si bien ha atraído gran atención en Perú y la región latinoamericana, la construcción del puerto también ha suscitado inquietudes en los Estados Unidos en los últimos años.
No es raro ver a medios de comunicación estadounidenses como The Wall Street Journal afirmar que el proyecto portuario en Perú está «sacudiendo a los Estados Unidos». Esas inquietudes pueden surgir del creciente compromiso económico de China con América Latina, que los políticos estadounidenses temen que pueda socavar la influencia de los Estados Unidos en la región. Sin embargo, el pensamiento puede ser algo estrecho de miras, reflejando una mentalidad de juego de suma cero.
China en Perú
Los proyectos de colaboración de China con Perú no tienen como objetivo contrarrestar a ninguna otra nación, sino más bien fomentar beneficios mutuos y resultados beneficiosos para todos. El comercio entre China y Perú, así como con la región sudamericana en general, es sustancial y tiene el potencial de crecer mucho más. La construcción del puerto de Chancay ejemplifica la cooperación entre las dos partes, y podrían esperarse muchos más proyectos de colaboración.
Para China, el puerto de Chancay reducirá el tiempo que lleva enviar productos de América Latina a Asia y ofrecerá una ruta más rentable para el comercio con América Latina, lo que favorecerá la exploración global de las empresas chinas.
Perú también tiene grandes expectativas en relación con el puerto, no solo porque reforzará la posición del país en el comercio global, sino también por su potencial para impulsar el empleo local, estimular el crecimiento de las industrias locales, mejorar la eficiencia logística y reducir los costos comerciales, aumentando así la competitividad internacional de los productos peruanos.
Además, es probable que el puerto atraiga más inversión extranjera directa, diversificando aún más la economía peruana.
Es importante señalar que el puerto de Chancay no es solo para uso de China y Perú. Más bien, la cooperación entre China y Perú es inclusiva, y apunta a un modelo de desarrollo mutuamente beneficioso y de beneficio mutuo que dé la bienvenida a una amplia participación de otros socios.
Inversiones peruanas
Perú fomenta activamente la inversión en infraestructura de varios países, incluido Estados Unidos. Por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Javier González-Olaechea, dijo una vez que si Estados Unidos está preocupado por la creciente presencia de China en Perú, entonces debería aumentar sus propias inversiones, y agregó que «todos son bienvenidos» a invertir allí, informó The Wall Street Journal.
A través de inversiones en la construcción de infraestructura, junto con el suministro de tecnología avanzada y apoyo financiero, China desempeña un papel fundamental en la asistencia a los países latinoamericanos para mejorar su infraestructura y aumentar su competitividad industrial. Este modelo de colaboración no sólo está en línea con los intereses de desarrollo de las naciones latinoamericanas, sino que también ofrece nuevas oportunidades de cooperación con los países occidentales, incluido Estados Unidos.
En todo caso, el puerto de Chancay sirve como un excelente ejemplo de la fortaleza y la amplia experiencia de China en la construcción de infraestructura, que es precisamente lo que le falta a Estados Unidos. Estados Unidos se destaca en alta tecnología, servicios financieros y algunos otros sectores. El potencial para una asociación sinérgica entre las capacidades de infraestructura de China y la destreza tecnológica y financiera de Estados Unidos presenta una oportunidad única para el desarrollo integral en la región sudamericana.
Esta cooperación complementaria promete mejorar la prosperidad y la estabilidad de América del Sur, y también será propicia para los intereses a largo plazo de los Estados Unidos.
Se espera sinceramente que Estados Unidos deje de percibir el desarrollo global de China a través de una lente hostil. En cambio, sería mucho más beneficioso adoptar un enfoque más constructivo que participe activamente en iniciativas de desarrollo global y regional. Una mentalidad arraigada en una táctica geopolítica de suma cero crea distracciones innecesarias para Estados Unidos y socava su potencial para beneficiarse del desarrollo regional.