Protestas en Chile y Bolivia complican a la India en el Triángulo de litio. El reciente impulso de India por los activos de litio en América Latina se ve obligado a retroceder ante la convulsión política de la región.
Triángulo de litio
Los disturbios civiles y la violencia en Chile y las perspectivas de normas de seguridad más estrictas, junto con las protestas implacables en Bolivia, han puesto una llave en las ruedas de las compañías mineras indias que se estancan en el llamado Triángulo de litio.
A medida que los manifestantes continúan golpeando las calles, con informes generalizados de violencia, que se disparan hacia un movimiento antigubernamental más profundo, el reciente impulso de la India por los activos de litio en América Latina se ve obligado a retroceder, si no se deshace por completo.
La percepción entre las compañías mineras indias que planean incursiones en busca de activos de litio en América Latina es que, aunque los disturbios y la violencia en Chile se desencadenaron por un aumento marginal en las tarifas del metro, la oposición a la política económica neoliberal de derecho de centro del actual gobierno chileno está en el corazón del movimiento civil.
En Bolivia, también se han producido protestas y marchas en respuesta a reclamos de fraude electoral en las elecciones generales de 2019. El levantamiento cada vez más violento llegó a un punto de inflexión el domingo, cuando el ejército retiró su apoyo y el presidente Evo Morales anunció su renuncia.
Acuerdos pendientes
Recientemente, una delegación de la Comisión del Instituto Nacional para la Transformación de la India, encabezada por el miembro VK Saraswat, visitó Chile y Bolivia para revisar los acuerdos bilaterales concluidos a principios de este año para establecer empresas conjuntas indias para la exploración, producción de litio y envío de regreso parte de la producción a la India.
En apoyo de los emprendimientos planeados de Kabil en el extranjero, particularmente en América Latina, el gobierno indio ha establecido grupos de trabajo con agencias gubernamentales en Bolivia y Chile.
Sin embargo, tales planes ahora corren el riesgo de quedar en segundo plano debido al clima político en Chile y Bolivia, dijeron funcionarios del gobierno de la India, señalando que la realidad actual no era propicia para impulsar la inversión extranjera directa en proyectos de recursos naturales.