Proyecto hidroeléctrico Colbun levanta polémica ambiental

Proyecto hidroeléctrico Colbun levanta polémica ambiental. Dos comunidades en la región Los Ríos rechazaron los planes de Colbun para construir una central de 170 MW en el río San Pedro.

Colbun ambiental

El municipio de Panguipulli dijo que la población cercana al sitio de construcción estaría expuesta a riesgos como terremotos, lluvias intensas e inundaciones, remoción masiva, actividad volcánica e incendios debido a la ubicación del proyecto.

El alcalde de Panguipulli, Rodrigo Valdivia, destacó el impacto que tendría el proyecto en el desarrollo del turismo local, especialmente en kayak y rafting, así como en la vida animal y vegetal local.

El alcalde de Los Lagos, Samuel Torres, dijo que ninguno de los compromisos ambientales voluntarios de Colbún podría revertir el daño que la construcción causaría a la comunidad local, la biodiversidad y el turismo.

La semana pasada, la comunidad indígena mapuche emitió una declaración criticando los planes de construcción de Colbun diciendo que el río San Pedro era una parte importante de su espiritualidad.

El proyecto de San Pedro de Colbun ha estado en obras durante más de una década, durante el cual recibió críticas de ciudadanos, activistas y geólogos.

Fernanda Ochoa, geofísica de la Universidad de Concepción, dijo al portal de noticias local Politika que Chile pretende comprometerse con la energía renovable no convencional, y las centrales hidroeléctricas con una capacidad instalada de más de 20 MW no se consideran como tales.

Con una inversión de USD 607 millones el diseño del proyecto incluyó un reservorio, una subestación y una línea de transmisión de alto voltaje.

El estudio de impacto ambiental de la compañía recibió la aprobación en 2008. Los trabajos de construcción comenzaron en enero de 2009, pero tuvieron que detenerse en 2011 debido a deslizamientos de tierra en la ladera sur, la presencia de grietas en la ladera norte y fallas en el lecho del río.

En 2015, Colbun presentó otro estudio de impacto ambiental que fue rechazado porque faltaba información relevante. En diciembre de 2018, la compañía presentó un tercer estudio que provocó la última ola de desaprobación.