Recesión en América Latina, ¿hay salida ante lo inevitable?

Recesión en América Latina, ¿hay salida ante lo inevitable? Cómo la recesión altera de manera permanente el rumbo político, económico y social de América Latina. ¿Es posible evitarla?

Recesión América Latina

Además de las acciones regulatorias y los efectos de la pandemia del COVID-19, la recesión altera de manera permanente el rumbo político, económico y social de América Latina. Esto crea un nuevo panorama que debe ser considerado para mejorar su bienestar y el de sus familias, afirma Randall Castillo Ortega, experto en comercio latinoamericano.

Los datos del Banco Mundial muestran que la pandemia de COVID-19 provocó que 4,7 millones de personas del Caribe y América Latina se volvieran vulnerables o pobres en 2020. En los dos años desde que se propagó el virus, se ha producido una disminución significativa del poder adquisitivo. Esto ha generado una serie de desigualdades estructurales, que se manifiestan en altos niveles de informalidad y protección social.

Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señala que la crisis provocada por la pandemia supondrá un retroceso de 12 años en América Latina en términos de pobreza y 20 en términos de pobreza extrema. La OIT también destaca el hecho preocupante de que el empleo informal representa el 70% de la creación neta de empleo en muchos países de la región.

Poder adquisitivo

El consumo interno también es un determinante clave del crecimiento económico. Castillo explica: “Debido a varios eventos disruptivos que han tenido lugar entre 2020-2022, es probable que se evidencien desafíos importantes en términos de su dinamismo. Esto se debe principalmente a la disminución del poder adquisitivo en la región”.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo, existen medidas urgentes que se pueden tomar para mitigar este fenómeno. Estos incluyen políticas para promover la formalización, aumentar la equidad en los sistemas de seguridad social y pensiones y la sostenibilidad financiera para la educación y la salud.

Esta tendencia seguirá siendo un jugador importante en los próximos años. Los países latinoamericanos se han alineado con el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (UN Global Compact) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se han estado moviendo hacia una economía más verde y sostenible que se centra en el medio ambiente y en quienes viven en él.

Descarbonización

Según la Comisión Global sobre Economía y Clima, una acción climática audaz y efectiva puede generar $ 26 billones en beneficios económicos durante los próximos 30 años. El Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestran que la descarbonización puede crear 15 millones de empleos y aumentar el crecimiento económico en más del 1% anual para 2030.

Esta visión, sin duda, presentará importantes desafíos al sector empresarial y la necesidad de transformación en sus procesos. Estas medidas pueden requerir cambios significativos en sus estrategias comerciales. Sin embargo, son oportunidades para el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías que ayudarán a las empresas a mantenerse viables y sostenibles.

Las empresas se ven obligadas a transformar sus negocios por la cuarta revolución industrial. La velocidad del cambio y las nuevas expectativas los obligarán a tomar riesgos e incursionar en áreas que superan su desempeño actual.

Competitividad

Esta transformación en América Latina ha sido más lenta que en otras regiones, pero seguirá aumentando en los próximos años para asegurar la competitividad de la región. Algunos ejemplos que demuestran esta tendencia son la creciente relación entre industrias como la salud y la alimentación, la generación y transmisión de energía con los electrodomésticos y el mundo del deporte con los seguros.

América Latina fue la región que experimentó el mayor crecimiento de usuarios de banda ancha en 2020, incluso con la disrupción causada por la pandemia. Es también la región que ha sido protagonista en las rondas de financiación de capital para startups en los últimos dos años, con una participación media del 40%.

Esto sugiere que todavía hay mucho potencial en la región. “Si bien este potencial se concentró inicialmente en grandes economías como Argentina, Brasil y México”, agrega Castillo, “algunos países más pequeños, como Uruguay, se destacan como los más exportadores de servicios de software per cápita”.

Cada vez es más importante comprender las señales del entorno internacional, teniendo en cuenta el impacto del comportamiento económico, los ataques cibernéticos, los efectos del cambio climático, la desigualdad social, los movimientos de inconformismo y los efectos sobre el medio ambiente.

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