Renuncian tres obispos de la vapuleada Iglesia de Chile

Renuncian tres obispos de la vapuleada Iglesia de Chile. El más destacado de los que dejaron su cargo fue el obispo Juan Barros de Osorno, de 61 años, quien ha estado en el vértice de la saga del abuso sexual. Los católicos esperan decisiones disciplinarias adicionales por parte del Papa Francisco. Es un esfuerzo por restaurar la confianza de los feligreses. «El mismo Papa señaló que era necesario tomar medidas a corto, mediano y largo plazo en nuestra iglesia», dijo Jaime Coiro, portavoz de la Conferencia Episcopal Chilena. «No hay forma de descartar nuevas medidas».

Renuncian tres obispos

En 2015 Francisco designó a Barros como obispo de la diócesis de Osorno. A pesar de las objeciones de los sobrevivientes de abuso y otros que lo acusaron de ignorar los informes de presunta mala conducta sexual por parte del padre Fernando Karadima.

Karadima, un clérigo carismático que fue mentor de Barros y otros sacerdotes, fue sentenciado por la iglesia en 2011 a una vida de penitencia y oración por crímenes sexuales. Karadima nunca fue procesado penalmente. Karadima, como Barros, ha negado cualquier fechoría.

Barros dio un tono consternado en su declaración. «Humildemente le pido que perdone mis limitaciones y lo que no pude lograr», dijo. «Nuestras vidas están en las manos de Dios, quien conoce nuestras conciencias y acciones en este tiempo complejo».

Padre Karadima, uno de los máximos responsables de la institución católica en el país.

Las víctimas acusaron a Barros de saber el comportamiento abusivo de Karadima. Pero no hicieron nada para detenerlo. Barros sirvió como obispo de las fuerzas armadas chilenas antes que Francisco lo nombrara en Osorno.

Renuncias y disculpas

En abril Francisco se disculpó por los «graves errores» al evaluar la crisis chilena. Ese mismo mes recibió en el Vaticano a tres chilenos en el caso de abuso sexual. Pero aún persiste una profunda desconfianza y se han ventilado públicamente nuevas acusaciones de abuso y encubrimiento.

El obispo Gonzalo Duarte de Valparaíso, cuya dimisión también fue aceptada el lunes, ha sido acusado por los feligreses de encubrir los abusos cometidos por antiguos seminaristas en su diócesis, cargos que ha rechazado.

El tercer sacerdote que dejó de serlo es el obispo Cristián Caro, de Puerto Montt. Es acusado por algunos católicos de haber informado mal a Francisco sobre las acusaciones contra Barros.

Caro dijo que ofreció su renuncia debido a su edad. Aunque pidió «perdón por mis omisiones». Los escándalos han erosionado profundamente la fe de muchos chilenos en su iglesia , como ha sucedido en muchos países en los últimos años debido a casos de abuso por parte de sacerdotes.

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