Selfies o selfitis crónica: el límite ya es reconocido como trastorno mental

Selfies es una actividad que en exceso ya es reconocida como trastorno mental. El británico Junaid Ahmed posee 50 mil seguidores en Instagram. Y admite que es adicto a selfies. «Saco 200 selfies por día», confiesa. Este joven de 22 años, para la psicología, padece alguna clase de trastorno mental.

Junaid Ahmed estudia al detalle la forma de publicar cada foto. Su objetivo es conseguir la mayor cantidad de «me gusta» en las redes sociales. Y es estricto: si la imagen no supera los 600 «me gusta», las elimina.

«Cuando pongo una foto, en uno o dos minutos probablemente ya voy a tener 100 personas que la han disfrutado. Mi teléfono es una locura. Es simplemente increíble», explica.

Un estudio reciente analizó el fenómeno y concluyó que que la obsesión por las selfies es un trastorno mental genuino. El deseo de tomarse fotografías y publicarlas en las redes sociales más de seis veces al día es una «selfitis crónica», según investigadores de la Universidad de Nottingham Trent, en Inglaterra. Otro documento de la Thiagarajar School of Management, en la India, va en la misma dirección.

Junaid Ahmed precisa que los comentarios negativos sobre sus fotos ya no le afectan. Aunque admite haber transformado su rostro a causa de la presión social. «Años atrás no tenía esta apariencia. Solía ser bastante natural. Pero ya tenía una obsesión con las redes sociales. Entonces cambié los dientes, me hice cirugías en la barbilla, mejillas, labios, me puse botox bajo los ojos y en la cabeza», describe.

Ahmed sabe que algo no está bien. «Lo que ves en las redes sociales no es la verdad», dice. «La red social es divertida, si se usa de la manera correcta. Pero si afecta su vida, no vale la pena».

Presión sobre las redes sociales

En el Reino Unido, la Sociedad Real para la Salud Pública pide al gobierno británico y a las plataformas de redes sociales que instalen alertas emergentes en teléfonos móviles.

La propuesta expresa la preocupación surgidas por las investigaciones y las manifestaciones de entidades de defensa de los niños.

Ellas argumentan que las redes sociales traen problemas para los más jóvenes.

En enero expertos y organizaciones internacionales en salud infantil pidieron a Facebook que quitara la mensajería dirigida a niños menores de 13 años, Messenger Kids.

«Siete de cada diez adolescentes nos dijeron que recibieron apoyo (de personas) en las redes sociales en tiempos difíciles», dice Shirley Cramer, presidente ejecutivo de RSPH. «Pero también sabemos que la depresión y la ansiedad son alimentadas por las redes sociales».