Tomás Hirsch y sus consejos para la Democracia Cristiana de Chile

Tomás Hirsch y sus consejos para la Democracia Cristiana de Chile. El diputado del Partido Humanista fue invitado al foro organizado por la Democracia Cristiana. Este debatió sobre las visiones de rescate para definir lo que necesitan para salir de su situación de descomposición. El diputado Tomás Hirsch expresó su opinión y lo que que considera ideas fuerza para salir de la situación.

Tomás Hirsch

La Democracia Cristiana tiene un fuerte componente comunitario, lo que la ha llevado a promover políticas para reconstruir el tejido social en varios momentos de su historia. Tiene un enfoque en construir una comunidad social y política. Así, durante el gobierno de Frei Montalva, se avanzó en la creación de cooperativas y nuevas organizaciones sociales, con la idea de crear organizaciones de base capaces de responder a sus propios problemas.

La misma dirección también se puede ver en el fortalecimiento del sindicalismo durante el mismo mandato. Quizás el punto de referencia más fuerte en esta dirección es el ímpetu dado a la reforma agraria durante esos mismos años. Este componente comunitario puede ser un pilar doctrinal clave para la solución de la crisis actual.

Como un bastión de organización social frente al individualismo draconiano del modelo neoliberal que ha prevalecido en nuestro país durante varias décadas. La doctrina política histórica no está en línea con el neoliberalismo adoptado por algunos de sus activistas más conservadores, como Mariana Aylwin.

Esa no es la línea histórica. Creo que como partido tiene un papel que desempeñar en este momento en la política chilena, ofreciendo alternativas a este mezquino individualismo gobernado por los mercados.

Hirsch y la mística

Otro de los elementos históricos que deben ser rescatados es el logro místico presente en los demócrata cristianos en muchas de sus luchas. La «Marcha de nuestra tierra joven» o la lucha contra la dictadura de Pinochet son ejemplos de esto. Tales acciones transformativas deben ser rescatadas y servir como guía e inspiración en estos momentos. Recientemente leí una entrevista con el senador Huenchumilla en la que afirmó que los Demócratas Cristianos no tienen una estrategia hoy. «Simplemente coordinamos el día a día».

Esa es la síntesis de mi argumento y una de las claves de la crisis. Este es un claro reflejo de la situación actual y la falta de un proyecto estratégico. La Democracia Cristiana pasó de querer transformar el país a administrar el modelo neoliberal. Frente al pragmatismo y la situación a corto plazo, ante la inmediatez de intereses particulares y la simple búsqueda de poder, la mística -ahora ausente- puede ser un trampolín hacia una política que construye significado y trasciende lo particular.

Esa mística está presente en los activistas de base y está presente a lo largo de la historia. No está en los «Personajes», sino en la gente común.