Viagra 20 años después, qué cambió. Después de 20 años el Viagra se ha convertido en un problema en lugar de ser la solución. Consumido por adolescentes y adultos sanos, estos sufren para tener erecciones mientras buscan un estereotipo anticuado de hombre.
Viagra
La cultura falocéntrica aparentó ponerse de pie. Tanto que se apunta como una de las causas de un fenómeno reciente que viene preocupando a los especialistas. La dependencia psicológica del Viagra. En 1998, cuando llegó al mercado la píldora azul capaz de inducir erecciones en hombres que sufren de impotencia sexual, se imaginaba que sería destinada a un público más próximo ala tercera edad o en condiciones de salud que suelen generar disfunción eréctil. Como hipertensión , diabetes y cáncer de próstata.
Ahora, pasados 20 años del lanzamiento del Viagra, el público objetivo de Pfizer (el laboratorio dueño de la patente) se ha vuelto más joven. Esto ya se observa en las campañas publicitarias de la marca. Y adolescentes, que ni siquiera habían nacido en 1998, ya hacen uso recreativo de ese «santo remedio».
«Son cada vez más comunes casos de hombres que apenas empezaron la vida sexual y ya hacen uso de ese tipo de medicamento», alerta el doctor Flavio Trigo, presidente de la Sociedad Brasileña de Urología de São Paulo.
Viagra y derivados
Además del Viagra el médico incluye en ella otras píldoras que proporcionan efectos similares. Como Cialis (Tadalafila), Levitra (Vardenafila) y Helleva (Lodenafil). El uso indiscriminado de estos medicamentos puede traer efectos colaterales como dolores de cabeza, vómito y problemas cardíacos, especialmente si se combinan con alcohol o drogas ilícitas, tales como: el éxtasis y la cocaína.
Por lo tanto, sólo deberían usarse con el seguimiento y la prescripción médica. Pero no es lo que sucede con muchos hombres que buscan el remedio por desempeño, y no por alguna disfunción. En la mayoría de los casos, la mayoría de las personas que sufren de depresión, que no se sienten satisfechas.
Oficialmente, el Reino Unido se convirtió en febrero en la primera nación del mundo que liberó la venta de Sildenafila para mayores de 18 años. El Viagra Connect, de 50 miligramos, fue autorizado por los organismos reguladores británicos como una forma de combatir la compra del medicamento en el mercado negro. Se estima que la Sildenafila comenzó a popularizarse entre los jóvenes en Brasil a partir de 2010, cuando el Tribunal Supremo de Justicia rompió la patente de Pfizer. El objetivo era que el medicamento genérico llegara a las farmacias a precios accesibles.
Viagra, el superhombre no existe
Aunque todavía no existen investigaciones relevantes sobre este fenómeno el consumo de inhibidores por hombres sanos de menos de 40 años está preocupando a los expertos. «El joven toma el comprimido una vez y se siente Superman. En ese momento se inicia un triste ciclo en el que el remedio se vuelve un bastón. Y ya no consigue tener relaciones sexual sin estar medicado», resume el doctor José Cury, urólogo del Hospital de las Clínicas.
«Tengo 25 años y nunca tuve preocupación por mi comportamiento sexual. Ahora, estoy inseguro. Me acerco a la mujer más guapa y agradable de la empresa en que trabajo. La invité a salir y, para mi sorpresa, ella aceptó. En el primer encuentro, fuimos a tomar unas cervezas y nos despedimos con un largo beso. Entonces ella me invitó a cenar en su casa el sábado. Me quedé aterrorizado. Entonces, acepté la sugerencia de un amigo y tomé un Viagra. Todo va bien. Vamos a encontrarnos nuevamente esta noche. No puedo decidir si es mejor tomar el remedio de nuevo y evitar correr algún riesgo». Es el relato de un paciente de la psicoanalista Regina Navarro Lins.
Según ella ese tipo de queja se ha vuelto cada vez más común en su consultorio. Lo relaciona con la mentalidad machista resultante del patriarcado. «El sistema patriarcal estableció un ideal masculino de fuerza, éxito, poder, coraje, osadía, y, sobre todo, sin falla», evalúa Regina.
Viagra y patriarcado
Las generaciones de hombres que crecieron con ese ideal masculino de virilidad, al mismo tiempo que tuvieron fácil acceso a películas porno, tienen dificultad en aceptar una falla eventual. Y ahí se forma un efecto bola de nieve.
«Entre los reclamos que el hombre se hace es común que no se rechaza mujer alguna, que no se niega sexo. Entonces él termina a la cama con una mujer de quien no está necesariamente atraído. O en un momento en que no se siente tan dispuesto, y seguramente va a tener dificultad en tener erección. Entonces se crea un círculo vicioso», completa Regina.
Casos así demuestran cómo, en vez de priorizar la calidad del acto sexual, muchos hombres se preocupan exclusivamente por la performance del propio pene. «Dentro de esa cultura, el hombre penetra a la mujer rápidamente, con miedo de perder la erección, mientras la pareja aún no está excitada», dice la psicoanalista.
Ella explica que la perpetuación del modelo machista no es sólo responsabilidad de los hombres. «Muchas mujeres, también creadas en esos moldes machistas, acaban sintiendo ofendidas y reclaman del hombre un desempeño que debería surgir espontáneamente».
La psicoterapia cree que la solución a la dependencia de Viagra puede estar en el sexo tántrico. Por medio de masajes que generan reacciones fisiológicas como fuertes descargas eléctricas, explosiones de hormonas y de los neurotransmisores ayudan a los hombres a reconectarse con el propio cuerpo y así relajarse».
Y agrega: «en el tantra la penetración es consecuencia, no el objetivo». En vez de preocuparse de sostener una erección, el hombre tiene más que sacarse la obsesión de la mente.
Uno de los aspectos más interesantes de la nueva ola feminista es la comprensión que para alcanzar la verdadera equidad necesitamos repensar tanto los modelos femeninos como los masculinos. No hay discusión sobre el feminismo sin abordar también el lugar de los hombres en la sociedad.
Mientras las mujeres luchan por redefinirse, los hombres comienzan a expresar el deseo de superar los estereotipos y romper con la visión anticuada de sus papeles en la sociedad.
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