Habanos con cultura, lecturas de tabaquería

Habanos con cultura, lecturas de tabaquería

Tradición en Cuba

En las fábricas de tabaco en Cuba, hay más que torcer y refinar el habano de renombre mundial que luego llegará a manos de experimentados degustadores. Tras el proceso de crear cada habano, se esconde también la magia de historias, narradores, relatos de campo y ciudad, personajes y hasta reseñas de crítica literaria. Son las lecturas que un narrador de profesión realiza en los talleres de torcedura, un trabajo especial y único en el mundo, otro de los ingredientes del mejor tabaco del mundo.

Novelas clásicas, noticias, estudios o citas famosas… Todos los trabajadores esperan este momento del día, y aunque no puedan despegar sus ojos del habano que nace de sus manos entrenadas, cada obrero del tabaco cubano tiene una puerta para la maravilla en cada jornada: sus oídos. Por ahí le llegan las historias del lector del taller, su voz ondulada repartiendo cultura y asombro.

«Los trabajadores tabacaleros respetan muchísimo los horarios de lectura y hacen silencio cuando se va a leer para escuchar y para conocer de antemano, bien temprano todas las noticias. Yo sé que son fieles defensores a que este oficio continúe por los siglos de los siglos», explica Odalyz Lara, una lectora de tabaquería.

En Cuba, la tradición de leer en voz alta existe desde 1865 y en 2012, se la reconoció como patrimonio cultural. Los lectores de tabaquería se adueñan del micrófono para entretener a al público tres veces al día.

Para Francisco Gonzales, ser lector «es un trabajo maravilloso, hermoso» y «único en el mundo», explica al medio Europa News.

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